“Al político no le preocupa que cierren librerías o que vayamos a la cola de Europa en comprensión lectora”
Miguel Aguerralde Movellán
Escritor y profesor
Es un autor prolífeco capaz de crear historias fantásticas con mucho trasfondo. Comenzó a escribir sus propias historias después de imaginar que vivía aventuras trepidantes que no iba a encontrar en ningún sitio. En la mayoría de sus libros, el terror es protagonista de sus páginas.
En marzo nos presenta “La chica que oía canciones de Kurt Cobain”, su nueva novela más personal y que no pretendía publicar. No es de extrañar su nerviosismo ante la reacción de sus lectores. Pero Miguel Aguerralde es también un profesor de primaria que promueve el fomento de la lectura y la escritura a través de Concursos de Relatos como el de Playa Blanca.
Se ha convocado en Playa Blanca, el IV Concurso de Relatos. ¿Ayudan y sirven este tipo de iniciativas para fomentar la escritura?
La intención de iniciativas como el concurso de relatos que llega este año a su cuarta edición es poner el foco de atención en la importancia de romper nuestra rutina a través de la creatividad, el trabajo intelectual y el gusto por imaginar mundos e historias. Es probable que, sin este tipo de propuestas, jóvenes y adultos con interés por la literatura no terminarían de plantearse el desafío de escribir sus propios textos.
Después de cuatro años, es obvio que es un concurso que se afianza. ¿Hay cada vez más participantes? ¿Qué les aconseja a todos los que están indecisos?
No ha sido sencillo el camino hasta esta cuarta edición. Durante los primeros años el volumen de relatos participantes ha cubierto a duras penas las expectativas. Por suerte, cada vez son más los que se animan a conocer nuestras bases y se dan cuenta de lo divertido, enriquecedor y creativo que puede resultar la participación en el concurso. Lo que les puedo decir es adelante, que den el paso de sentarse un rato a pensar en una buena historia y que a continuación la escriban.
La temática este año es sobre la fantasía o ciencia ficción. Sus libros también están llenos de fantasía, ¿le resulta más cómodo escribir sobre un mundo irreal, de ciencia ficción?
Escribir sobre mundos o criaturas irreales no es más que una manera creativa de abordar conflictos y situaciones presentes en la vida cotidiana. Desde ese punto de vista, puede resultar incluso más complejo describir la realidad pintándola en el plano paralelo de la fantasía, más difícil transmitir y llegar al lector apelando a su capacidad de entrar en ese juego que como autor le planteas y que requiere un esfuerzo imaginativo por su parte.
Este concurso surgió al tiempo que se abría, después de mucho reclamar, la primera Biblioteca Pública de Playa Blanca. ¿Colabora directamente con la Biblioteca?
Desde que llegué a Playa Blanca en 2009 tuve la oportunidad de colaborar, junto a mis compañeros de la Asociación Cultural Castillo del Águila, en una iniciativa popular muy bonita que pretendía convencer a las autoridades de la necesidad e importancia de tener una biblioteca en Playa Blanca, un pueblo sin librería y donde las novelas y el material escolar se compran en supermercados. Una vez conseguimos ver ese sueño convertido en realidad, tengo el orgullo de continuar vinculado a la biblioteca impartiendo en sus instalaciones un taller semanal de escritura creativa.
Se nota un auge en las actividades relacionadas con la lectura y la escritura. ¿Hay más conciencia sobre la importancia de la lectura en estos momentos o atiende a una necesidad de alejar a los niños y jóvenes de las nuevas tecnologías y que se relacionen más? ¿Qué piensa de los nuevos hábitos de los estudiantes con respecto a las redes sociales?
Creo que una de las bondades de las redes sociales y de Internet es que han conseguido que todos escribamos y leamos más. Hemos accedido a un enorme océano de información que ha servido también para conectar a muchas personas con gustos similares. Esto ha ocurrido también en lo literario, conectando lectores con escritores, escritores con otros escritores que se ayudan y comparten proyectos, y también lectores entre sí, ayudando a formar clubes de lectura y grupos de reseñas y recomendaciones. Me parece muy interesante la posibilidad que ofrecen las redes de compartir información, acercarnos unos a otros y colaborar en proyectos comunes, pero también me aterra un poco el enorme vacío que pueden crear en los usuarios que se limiten a contemplarlas sin ningún propósito creativo.
¿Cree que en estos tiempos es difícil conseguir que los niños y jóvenes se despeguen de las redes sociales y se “enganchen” a la lectura? ¿Y como padre, cómo podríamos alentar a nuestros hijos a que se interesen por los libros?
Hoy en día es difícil conseguir que los jóvenes se enganchen a nada, más aún a cualquier cosa que requiera un esfuerzo intelectual por su parte. Opino que si las redes sociales son su principal canal de ocio, es por ahí también por donde debemos introducir la lectura. No son pocos los libros y sagas literarias que utilizan estas redes como vehículo de promoción enfocada a los jóvenes, y funciona.
Es usted profesor de primaria y a la vez escritor de novela negra, suspense e incluso terror. ¿Cómo se combinan estos dos mundos? ¿Le preguntan sus alumnos por sus libros? ¿Y los padres y madres?
Empecé a diseñar historias antes de ser profesor, descubrí que esa era mi vocación cuando aún estudiaba magisterio y no hubiera puesto la mano en el fuego por que fuera a verme años después dando clase. Como habitualmente uno empieza a escribir lo que le gusta leer, comencé por historias en las que el suspense y el misterio eran protagonistas. A mis alumnos les gusta que su profe se dedique a la escritura, me hablan de los libros míos que sus padres leen y me los traen a clase para que los firme. Es una situación muy emocionante que me hace sentir orgulloso.
Ha dicho, en alguna ocasión, que se hizo escritor porque no encontraba en los libros que leía lo que se imaginaba. ¿Qué imaginaba que lo hizo convertirse en escritor de thrillers?
Poco después de cumplir los veinte, tuve una época afortunada en la que leí mucho, sobre todo suspense y thriller, hasta el punto de llegar a coleccionar en mi mente multitud de tramas, giros argumentales y personajes de todo pelaje. Llegué a esperar en cada nueva lectura un argumento que superara al anterior, o una mezcla de varios que originara una historia todavía más emocionante. Como no la encontraba, me frustraba una y otra vez. Decidí intentarlo por mi cuenta, y descubrí que me encantaba.
Se ha inspirado, o le ha servido de ayuda, el cine y la televisión. ¿Imagina alguno de sus libros en la pantalla grande? ¿Qué director cree que podría captar sus ideas y llevarlas al cine?
En cuestiones de creatividad es difícil ser completamente originales. Sin duda todas nuestras historias nacen influenciadas por los cientos de películas, series, videojuegos y otras lecturas que han dado forma a nuestra manera de entender el mundo. En mi caso ha sido así, y por eso la ilusión de que alguna de mis novelas llegara a la gran pantalla es sencillamente enorme.
“Deja que te cuente un cuento” es una versión muy lanzaroteña de los tradicionales cuentos. ¿Cómo surgió la idea? ¿Es un libro infantil que está dirigido a los adultos?
Nunca me había planteado escribir cuentos infantiles, pero el hecho de trabajar en un colegio y mi reciente paternidad lo cambiaron todo. Una de mis actividades favoritas en cuanto a creatividad es tomar los cuentos clásicos y darles la vuelta. Eso hice en “Deja que te cuente un cuento”, adaptando historias más que conocidas al momento actual y al contexto de Lanzarote. Queda un resultado muy divertido.
En uno de esos cuentos hace referencia a la corrupción. ¿Cree que llegará un día en que desaparezcan los políticos corruptos o sería una idea de ciencia ficción? A nivel educativo, ¿cómo valora el sistema educativo aprobado por el último Gobierno y cómo ha afectado en la realidad educativa que le rodea?
Supongo que la panorámica desde ahí arriba, me refiero a la esfera política, debe dar bastante vértigo, lo que hace que aquellos cuya ética y moral no estén a la altura se caigan. Considero que la carrera política, la responsabilidad pública, debe estar mejor supervisada y sobre todo mejor acreditada. Médicos, jueces y profesores, entre muchos otros, deben suscribir una formación específica y superar muchos obstáculos para merecer un cargo público. El político, en cambio, no.
En cuanto a la educación, creo que la falta de estabilidad docente es un problema, que los recortes de profesorado, al mismo tiempo que se aumentan los contenidos y la complejidad burocrática de la docencia, es un disparate. Creo que obligamos a los niños a tratar, asimilar y comprender toneladas de información demasiado temprano en su desarrollo, lo que lleva directamente a la saturación, al aburrimiento, al fracaso y al abandono.
Escuchamos, y vemos, que es muy difícil salir adelante en la cultura, hay muchas trabas tanto en cine, música, teatro… Pero en la literatura, ¿cómo está la situación? ¿Existen ayudas, son necesarias? ¿Cómo influye la política en las letras y la cultura en general?
El gran problema de la literatura a ese nivel no es otro que la falta efectiva de formación y promoción. Da la sensación de que las letras no están bien vistas, que hablar de libros y literatura en medios y planes docentes es un absurdo, es aburrido. No hay ayudas para fomentar la lectura, esto es un hecho, no se promociona ni se invierte en literatura a ningún nivel. Vamos hacia la dictadura del bestseller televisivo, hacia el mismo fenómeno celebrity que ha devorado al cine y la televisión. Al político no le preocupa que cierren librerías o que vayamos a la cola de Europa en comprensión lectora. Para el político español no es prioritario velar por la literatura ya que para él no es más que una forma culta de pasar el tiempo de ocio. ¿Conocemos muchos responsables políticos que sean a la vez grandes lectores o escritores?
¿Qué opina de la idea “un pueblo inculto es fácil de gobernar”?
Por descontado. La literatura nos enseña, nos traslada y nos enriquece, nos muestra cómo puede ser o no la realidad. El político no quiere que imaginemos, no quiere que pensemos por nosotros mismos sino que nos dejemos programar por esa labia prefabricada por su equipo de asesores. Una persona leída podría levantar la mano y cuestionarlo todo. Debería.
Sus libros se encuentran tanto en formato digital como en papel. ¿Es más difícil la competencia en esta era digital o es una oportunidad?
Todas mis novelas, a excepción de Despiértame para verte morir (Click, 2014), han salido tanto en papel como en ebook. Obviamente, las dificultades económicas de hacer grandes tiradas conllevan que con el paso de los años sea más difícil encontrarlas en las librerías, porque se van agotando, pero siguen circulando y a la venta en ambos formatos en toda España y Sudamérica. Para mí es todo un sueño, un honor, que mis libros se puedan leer con facilidad por lectores de cualquier parte del mundo, ya sea en formato físico o en digital. Internet es una vía perfecta para buscarlas y encontrarlas sin problema, donde y como uno prefiera.
Vampiros, zombies, hombres lobo… y por fin, una novela romántica: “La chica que oía canciones de Kurt Cobain”. Se pondrá a la venta en marzo y la define como “la mejor experiencia que ha tenido como escritor”. ¿Qué espera de esta novela?
Esta novela no entraba en mis planes, se debe más bien a un arrebato de verano, a un impulso a duermevela que me hizo saltar y ponerme a escribir una historia tan personal y extravagante que en principio no pensaba publicar, sino que quería reservar para mí mismo. Finalmente me sorprendieron las ganas de compartir mis recuerdos de una etapa tan importante como es la adolescencia, y surgió la que sin duda es mi novela más especial. Tengo mucha ilusión, y algo de vértigo también, por conocer la respuesta de los lectores.
Para los que aún no le conocen, ¿con qué novela recomienda que se inicien en sus libros?
Sin duda con mi primer trabajo publicado, Claro de Luna, una novela de suspense con la que plasmo mis intenciones en este negocio: llevar al lector a través de las tinieblas de la duda hasta que el misterio final quede resuelto. Claro de Luna, tiene, en este caso, todo lo que me gusta en una novela.
El reconocimiento que ya ha conseguido con sus novelas, ¿supone más presión y exigencia en futuros trabajos? ¿Cuál será su próxima publicación, qué nos puede adelantar?
Estoy trabajando en una novela de ciencia ficción desde hace algunos años, pero esa exigencia y las ganas de estar a la altura hacen que me lo tome cada vez con más cuidado, de modo que prefiero ir despacio. En el plano más concreto, a final de año regresaré a mi terreno, el de la novela negra, para publicar el que considero que es, hasta ahora, mi mejor trabajo. Pero tendremos que esperar para poder contar más detalles.
En pocas palabras:
Un lugar: La Playa de Las Canteras.
Una comida: Pasta.
Un color: Azul.
Un libro: Mientras escribo, de Stephen King.
Una frase: Hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes.
Una película: Blade Runner.
Un personaje: Indiana Jones.
SINOPSIS:
Seguro que tú también recuerdas la primavera del noventa y cuatro. Una época de amistad, de ilusiones, de los primeros amores y las decepciones más crueles. Y recordarás cómo el suicidio del líder de Nirvana sacudió el mundo de la música y lo truncó para siempre. Así fue también para mí, entonces veinte años más joven, y ahora quiero contarte cómo descubrí, entre tigretones, chicles de a duro, programas del ‘Un, dos, tres’ y a golpe de beso y guitarra, que la vida era mucho más que una partida de videojuego.
Quiero contarte cómo irrumpió en mi vida y cómo cambió mi universo la chica que oía canciones de Kurt Cobain.
Esta es la historia de cómo el primer amor pone patas arriba las piezas de nuestro tablero, de cómo la música alimenta nuestro corazón y de esos recuerdos que vuelven a visitarnos cuando menos lo esperamos.
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