“Me encanta estar, estrenar y traer espectáculos y mi forma de trabajar a Lanzarote”
Pedro Ayose, actor y director teatral
Creció en Lanzarote y se formó, tras estudiar magisterio, en el Estudio Juan Carlos Corazza de Madrid. Dedicado en cuerpo y alma al teatro, ha participado en obras tan relevantes como “Hijos de Shakespeare” o “A puerta cerrada”, obra que se ha representado hasta el mes de marzo pasado.
Vuelve a la tierra en la que nació para estrenarse, en esta ocasión, como director teatral. “¿Qué sabes tú de mis tristezas?” es la obra que presentará en el Teatro Municipal de San Bartolomé el próximo 28 de abril. Un texto del canario Roy Galán e interpretada por las actrices Ana Rujas y Ariadne Serrano.
Estrena en Lanzarote la obra “¿Qué sabes tú de mis tristezas?”, del escritor canario Roy Galán. ¿Qué verá el público que acuda al Teatro de San Bartolomé?
Se encontrarán con una obra inspirada en varios de los maravillosos textos de Roy Galán. Estos textos han servido para imaginar y crear la historia y dar voz a los dos personajes femeninos que componen esta obra. Roy Galán es un artista de las palabras que cuando tanto Ariadne Serrano, Ana Rujas como yo comenzamos a leerlo sentimos la necesidad y las ganas de alimentarnos de todo lo bonito que Roy escribe y hace. “¿Qué sabes tú de mis tristezas?” es la historia de dos mujeres que han conocido la parte más luminosa de la vida y también la parte más oscura. La historia de dos mujeres que luchan por vivir, por estar, por adaptarse a este mundo. Es la historia de dos mujeres luchadoras que necesitan volver a aquellos lugares donde vivieron, donde alguna vez fueron y donde sienten que pueden expresar todos aquellos pensamientos, sensaciones e intuiciones que las atormentan. Es el pasado, el presente y el futuro con sus sombras y claridades. Es la lucha personal por ser quien cada uno cree que es o sueña ser. Es la lucha de las palabras por ocupar aquellos silencios de los que están llenas algunas historias familiares. Es una historia de perdones, de reencuentros, de alegría, de felicidad, de recuerdos y de tristezas de las que sólo ellas son dueñas.
Además es su primera obra como director. ¿Qué nos puede contar sobre esa experiencia?
Está siendo todo un aprendizaje. Ser director es un viaje completamente distinto al que haces cuando estás en un proyecto como actor. Me está ayudando a ver la profesión de actuar desde otro lugar así como a entender y vivir que como director las decisiones que se toman son muy distintas a si estuviese como actor. Eres el responsable de apreciar cómo se ve fuera lo que ocurre dentro. Gracias a la formación artística y a la experiencia actoral, la manera de dirigir y de llevar este proyecto sería diferente a la que está siendo. Creo que la experiencia me coloca en un lugar cercano a las actrices, en este caso, y entiendo aspectos del proceso creativo por el que vamos pasando.
Y será la primera representación en Lanzarote, su tierra natal. ¿Se siente más nervioso por este motivo? ¿Supone la misma presión que estrenar en Madrid?
Estoy nervioso e inquieto por dos motivos. El primero es porque es mi primera obra como director, siento una especie de nervio que me parece que hasta que no estrenemos, no se pasará. Y el segundo motivo de mi intranquilidad me la da el lugar donde vamos a estar. Me encanta estar y estrenar y traer espectáculos y mi forma de trabajar a Lanzarote y estoy agradecido por la oportunidad y la confianza.
Aunque soy de carácter positivo y confío en el trabajo, que desde febrero llevamos haciendo, y que unido al talento de Ariadne Serrano y Ana Rujas, sé que “¿Qué sabes tú de mis tristezas?” va a dejar un impacto y una huella en el público asistente. Y lo que más tranquilo me hace estar es el apoyo y el cariño y el amor de mi familia y de mis amigos que sienten que esto es también suyo, y en realidad lo es.
La obra, como ya ha dicho, estará representada por las actrices Ariadne Serrano y Ana Rujas, compañeras del Estudio Juan Carlos Corazza. ¿Qué nos puede contar sobre ellas?
Ariadne Serrano y Ana Rujas son dos de mis mujeres favoritas del mundo. Se han convertido en parte de mi familia y ojalá las tenga siempre tan cerca. Son mujeres imperfectas, únicas y llenas de vida a las que les agradezco infinitamente su confianza y su atrevimiento para subirse a este barco desde el primer momento.
De Ariadne Serrano admiro su sentido del humor, su concepción del trabajo, su corazón, su alma y su manera de ver este peculiar mundo. Es una actriz llena de matices y con una capacidad actoral inmensa. Para entenderme con ella solo me hace falta mirarla. Estar a su lado es estar en buenas manos.
De Ana Rujas me vuelve loco su fuerza, su pasión y su ganas por crear. Es grandiosa y tiene un mundo interior fantástico que pone a favor. Su vulnerabilidad y sencillez la hacen especial así como su sentido del juego y riesgo a la hora de actuar. Sueño con verla de maestra de ceremonias en algún gran teatro.
Aparte, sé y estoy seguro que ambas van a hacer maravillosos trabajos y que su futuro profesional es inmenso y está cargado de proyectos. No concibo “¿Qué sabes tú de mis tristezas?” sin ellas. Han puesto mucho amor, ganas, creatividad y tiempo a favor.
¿Tiene otras fechas para representar la obra?
El 28 de abril será el estreno en el Teatro Municipal de San Bartolomé, y será la primera vez que el público pueda disfrutarla. Para nosotros es un sueño que se haga en San Bartolomé. Si la venta de entradas para el estreno es fabulosa, tendremos la posibilidad de actuar el viernes 29 de abril en el mismo teatro. Así que, por favor venir que es teatro hecho con el alma y con un cuidado y cariño inmenso.En cuanto al futuro, aún no puedo concretar mucho porque estamos en procesos organizativos y no puedo desvelar demasiado. De lo que estoy totalmente seguro es “¿Qué sabes tú de mis tristezas?” Se representará en Madrid porque es la ciudad que ha visto nacer el proyecto y es el lugar donde tanto Ariadne Serrano, Ana Rujas como yo vivimos y por eso y muchas cosas más Madrid tiene que disfrutar la obra. También existe la posibilidad de que, en un futuro, “¿Qué sabes tú de mis tristezas?” pueda volver de nuevo a Lanzarote y quién sabe si a otras islas y así mucha más gente pueda disfrutarla.
Entre las obras más destacadas que usted ha representado se encuentran “Hijos de Shakespeare” o “A puerta cerrada”, que ha representado en febrero y marzo en “La pensión de las Pulgas” de Madrid. ¿Es más gratificante representar una obra sin escenario, cerca del público y rodeado por ellos? ¿Qué diferencias hay y qué esfuerzos supone esta diferencia?
Son dos energías totalmente diferentes. En una sala más pequeña como puede ser “La Pensión de Las Pulgas” tienes al público cerca que es como si estuvieses en primer plano constante. Los suspiros, algún temblor, el parpadeo o la gota de sudor cobran importancia y hay que dárselo al personaje. Todo tiene un carácter más íntimo, más pequeño, más sutil. En cuando al teatro convencional la energía es totalmente diferente. Lo que haces y lo que dices tiene que llegar tanto a quienes están en primera fila como en la última. Los espacios son más amplios y el espacio es completamente distinto. Lo importante del teatro, sea donde sea, es contar la historia, luchar por lo que tu personaje quiere y necesita y resolver los conflictos y los obstáculos que van apareciendo. Sin público nada tendría sentido.
En la vida real, todos estamos condicionados al cómo nos ven los demás y en un escenario es doble la observación, tanto hacia el actor como al personaje. ¿Cómo le afectan las críticas y cómo las acepta?
La devolución del público es importante para chequear algunos asuntos. Acepto las críticas y todo lo que me pueden decir siempre y cuando sean constructivas y ayuden a avanzar y a seguir aprendiendo. También acepto que haya personas que no les guste lo que haces. Ahora, lo que me parece inadmisible es aquella crítica feroz hecha para hacer daño y, a veces, sin ningún tipo de criterio. Subirse a un escenario es complejo, es trabajoso y requiere de una disciplina importante y aunque hay una exposición pública todo lo que el público te haga llegar es bienvenido siempre que, vuelvo a decir, ayude a avanzar y a seguir.
“Hijos de Shakespeare” es una representación de escenas de obras de Shakespeare desde una perspectiva actual, vanguardista. ¿Reinventar los clásicos es una forma de acercar grandes obras a públicos más jóvenes?
Los grandes autores y sus buenos textos afortunadamente perdurarán siempre. Shakespeare al igual que Lorca o Chéjov escribían sobre temas universales como pueden ser el amor, la familia, la vida, la muerte, la riqueza o las mujeres y lo hacían de una manera tan genialmente perfecta que hacen que sus textos y sus obras, a pesar de que se han escrito hace siglos sigan siendo actuales y tengan hoy en día el peso que tienen. Ojalá en muchos colegios e institutos se leyesen y estudiasen más. Se aprende tanto.
«Hijos de Shakespeare» fue una de las experiencia artísticas y vitales de mayor importancia en mi vida. Vi a compañeros/as crear personajes absolutamente brillantes. Sentí la pulsación de estar trabajando en grupo, pues éramos veintisiete actores y actrices en el escenario y era precioso sentir como, aunque en escena estuviesen dos o tres actores, de alguna manera los veintisiete también estábamos. «Hijos de Shakespeare» fue un final de formación en el Estudio de Juan Carlos Corazza más que maravilloso. El Estudio se convirtió en mi casa y ahí aprendí todo lo que sé. Además tener la oportunidad de trabajar tan cerca con Juan Carlos Corazza es un regalo. También fue la primera vez que mis padres, mi familia y algunos de mis amigos me veían actuar.
Sé que el teatro es efímero, que lo que pasa sucede en el momento y jamás se vuelve a repetir pero para mí «Hijos de Shakespeare» siempre ocupará un lugar especial en mi corazón y claramente en mi vida profesional.
Con respecto al público de Lanzarote, ¿cómo valora la aceptación y respuesta del público a la oferta cultural en la isla?
El público canario y en concreto el de Lanzarote creo que es un público que ha estado subestimado durante mucho tiempo. Considero que hubo momentos en los que incluso se echaba la culpa al público de la poca oferta cultural que había. Se les tachaba de que no asistían y no respondían al movimiento cultural que supuestamente había. El público de las islas, es un público solidario, maravilloso y agradecido. Es un público que va y llena las salas. Es un público hambriento de cultura y desean y anhelan más y esa energía se siente.
Además tengo la sensación de que es un público que valora la profesión y que saben y aprecian que detrás de un espectáculo, de una obra de teatro, de un concierto o de una exposición hay un trabajo enorme y eso es muy reconfortante. Es muy triste saber que hay personas que aún piensan que poner en marcha un proyecto artístico es fácil y no requiere ningún tipo de esfuerzo.
Cuando decidió marcharse de la isla lo hizo para estudiar magisterio. ¿Cómo empezó en el mundo de las artes escénicas? ¿Hubo algo que le motivó o siempre ha sido su sueño?
Estudié Educación Infantil porque en ese momento era la carrera más creativa a la que podía acceder. Me crié en Lanzarote y cuando cumplí los 18 años la única posibilidad que veía era la de estudiar una carrera como tal. Tener futuro significaba estudiar una carrera.
Hice los tres años de Diplomatura y cuando terminé me fui a vivir a Madrid y desde que pude comencé a formarme como actor en el Estudio de Juan Carlos Corazza. El talento es importante pero la formación también. Y un talento con formación es un sueño. Siempre he creído en la formación y en el esfuerzo como armas que se te cumplan los sueños.
Partiendo desde Lanzarote, ¿qué dificultades se ha encontrado en su formación como actor? ¿Sigue siendo un hándicap el acento canario?
En cuanto a formación sí que echo de menos que en Lanzarote haya más espacios para la formación artística en todas sus disciplinas. Sé que ahora hay más posibilidades y más variedad que cuando yo era pequeño pero tengo la sensación de que se puede hacer más. Y hablando de echar de menos, aprovecho para decir que cinematográficamente Lanzarote tiene que crecer mucho más. Hay que ponerse en contacto con más distribuidoras o abrir en espacios donde proyectar películas. Es increíble el poquísimo rango de películas que se pueden ver. El acento es un hándicap si tú quieres que sea un hándicap si no, hay que usarlo a favor y no ponerlo en contra. Todo el mundo tiene acento y todo el mundo tiene una forma peculiar y personal de hablar, hayas nacido en las Islas Canarias o en Hong Kong, ¿por qué los personajes de la ficción no? ¿Por qué los personajes en la ficción tiene que hablar de manera “neutra”? Cuando me preparo un personaje y comienzo a investigarlo, trabajo para averiguar cómo se expresa y cómo dice las palabras que dice. Cuanto más rico sea tu trabajo más especial será ese personaje.
Siempre se oye decir que los actores tienen un futuro incierto, condicionado a presentase a continuos casting y tener la suerte de hacer o elegir un buen guión. ¿Le tiene miedo a como se le puede presentar su futuro? ¿Qué aspiraciones tiene?
No le tengo ningún miedo al futuro. Todo lo contrario. En el presente ya están pasando cosas muy buenas y el futuro solo puede traer cosas igual o mejores. Cuando uno decide apostar y estar haciendo lo que quiere y lo que más le gusta no hay miedo, solo ganas y fuerzas. Evidentemente que la vida, a veces te pone momentos muy complicados en los que uno cree que nunca va a poder arreglar pero siempre, siempre uno sale y además reforzado de esa situación.
Es importante no quedarte en tu casa esperando a que el teléfono suene o te llega algún email. Es verdad que hay momentos de parón pero es importante crear proyectos, juntarte con compañeros para entrenar o ponerte ensayar… Hay que está en constante movimiento. Pensar que está por llegar el personaje y/o la obra de tu vida.
Lanzarote cuenta con muchos grupos de teatro aficionado que, poco a poco, van desarrollando sus trabajos de una forma más elaborada. ¿Conoce la realidad teatral de la isla? ¿Ve posibilidades de dirigir a algún proyecto con alguno de estos grupos?
Conozco la realidad de la isla e intento estar al día y saber qué pasa y qué movimientos hay en Lanzarote. Me importa la política, la cultura, la sociedad, el deporte. Y si me importa lo que pasa en el mundo, más me preocupa lo que pasa en mi isla. Cuando vives fuera del lugar en el que naciste sucede algo, que no se lo que es, que hace que cada día quieras más a ese lugar. A veces es por importante ver qué pasa, desde fuera. La visión es completamente distinta.
El teatro aficionado es tan importante como el teatro profesional porque lo que importa en sí mismo es el teatro y las ganas de contar historias y dar vida a los personajes. Y si esas ganas y esa necesidad existen no importa si es aficionado o profesional. Yo crecí viendo teatro aficionado en San Bartolomé. Era la única posibilidad de ver teatro que tenía. Recuerdo los teatros de Navidad, de Semana Santa y los que se hacían en verano cuando San Bartolomé celebra sus fiestas patronales. Hay que ver y alimentarse de todo.
En cuanto a dirigir, yo estoy abierto y encantado de escuchar todas las propuestas que vayan apareciendo.
Y quiero apuntar que me parece muy buena idea que el Ayuntamiento de San Bartolomé desde hace nueve años dedique una semana especial únicamente al Teatro y de posibilidad a grupos de teatro de aficionados de la isla. Me parece una idea emocionante, primero para valorar este arte y segundo por dar posibilidad real a todos, tanto a profesionales como a aficionados. Creo que todos podemos tener nuestro lugar.
¿En qué proyectos trabaja actualmente? Y después de este estreno en Lanzarote, ¿tiene nuevos proyectos como actor y/o director?
Como actor hay un proyecto donde tenemos puesta, desde hace bastante, toda nuestra energía e ilusión. Es un proyecto teatral en el que estamos Roy Galán, Ariadne Serrano, Ana Rujas y yo. Y no como director pero si como ayudante de dirección, he empezado a trabajar en un montaje que estará en cartel junio y julio de 2016 en Madrid. Aparte hay ideas varias de las que, de momento no se puede desvelar nada.
En pocas palabras:
Un lugar: Personalmente cualquier lugar donde pueda juntar a mi familia y mis amigos. Si se puede ver el mar, mejor. Artísticamente el Estudio de Juan Carlos Corazza que ha sido mi casa durante estos últimos cinco años y donde enseñaron todo lo que sé.
Una comida: Cualquiera preparada por mi padre. Es todo un señor de la cocina.
Un color: Magenta.
Un libro: Para acabar con Eddy Belleguele, de Édouard Louis.
Una frase: Si quieres ir, vete. Si no quieres, no vayas. Si tienes dudas, vete, por si acaso.
Una película: Laurence Anyways, de Xavier Dolan.
Una obra de teatro: MBIG, dirigida por mi querido y admirado José Margret.
Un personaje: Mi abuela María. A la que extraño cada día y a la que le dedico todo lo que hago. Dio vida a nueve hijos/as cuando todo eran obstáculos.
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