El pasado viernes se estrenó por primera vez en la isla de Lanzarote la obra teatral de José Saramago “La noche”, producida por la compañía teatral lanzaroteña Trama2 Producciones, que se enmarca dentro de los actos conmemorativos por el centenario del escritor portugués.
Se trataba de un enorme reto
Había especial nerviosismo por cómo se desarrollaría la puesta en escena de esta versión, realizada por Eugenio Arredondo, bajo la dirección de Joaquín Vida, quien ya la dirigió por primera vez en el año 1996, en Granada.
El público agradeció con grandes ovaciones e incesantes aplausos a un elenco de profesionales y amateurs que dieron lo mejor de sí por escenificar la redacción de un periódico lisboeta en la noche del 24 al 25 de abril de 1974.
Se pusieron de relieve reflexiones tan significativas como la censura, el conflicto de intereses o la libertad de prensa
El cierre de la edición del diario esa noche transcurría con la calma y la monotonía habitual, hasta que llegan a la redacción los primeros rumores de unas posibles revueltas, que serían el preludio de lo que más tarde se conocería como la Revolución de los Claveles que pondría fin a la dictadura de casi cincuenta años de Marcello Caetano.
La situación política, el ansia por recuperar la libertad y la incertidumbre de las noticias provocarían un acalorado ambiente de disputas y debates éticos entre los editores, redactores y resto de trabajadores del rotativo, poniéndose de relieve reflexiones tan significativas como la censura, el conflicto de intereses o la libertad de prensa.
Se trataba de un enorme reto para el elenco de la obra en la que participaban Salvador Leal (Torres), Germán Barrios (Valadares, redactor jefe), Manuel Gil (director), Nisa Montelongo (becaria), Salvador Correa (Guimaraes), Octavio González (Figueiredo), Brais González (Pinto), Luís Pérez (Jerónimo), Alby Robayna (Fonseca), Begoña Cedrés (Josefina), Luis Junquera (Cardoso), Cristo García (Faustino), César Rijo (Afonso), Blas Noda (Damiao) y Antonio Martínez (visitante). La iluminación corrió a cargo de Shelma Zebensuí, el sonido lo dirigió Kike Pérez y el vestuario estuvo a cargo de Isabel Sánchez.
Todas las interpretaciones fueron portentosas, pero sin duda, la interpretación de Luís Pérez, como Jerónimo, el valiente jefe de taller; y de Salvador Leal como Torres, el intrépido redactor, sorprendieron por sus tablas y caracterización. Tanto el vestuario como la ambientación recreada y atrezo fue de exquisita maestría.
El público fue muy agradecido, con grandes ovaciones e incesantes aplausos
A esta función le queda por delante cosechar otros grandes éxitos y esperamos que una larga gira donde escenificar este trozo de la historia que pasa por la ineludible comparación actual y que está además presente en la memoria de varias generaciones. ¡Mucho éxito!
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