“Esta nueva propuesta le devuelve el esplendor que tuvo en sus inicios y le hace merecedor de estar junto a quienes son hoy referentes de la gastronomía en nuestro país”
Los Centros de Arte, Cultura y Turismo han iniciado los trámites para presentar la candidatura del restaurante del Castillo de San José a las prestigiosas guías Michelín y Repsol.
“Creemos que esta apuesta decidida por el producto local, por platos que rescatan aromas y sabores tradicionales de la isla, por vinos y cervezas artesanales lanzaroteñas y por un servicio atento y esmerado en un espacio con el sello único que le confiere la creatividad de César Manrique le hacen merecedor de estar junto a quienes son hoy referentes de la gastronomía en nuestro país en dos guías imprescindibles para quienes desean conocer el patrimonio gastronómico de un destino” apunta el consejero delegado de los Centros, Benjamín Perdomo, que destaca el “esfuerzo realizado durante los últimos meses para devolver el brillo y el esplendor que siempre caracterizaron a este restaurante”.
La renovada propuesta gastronómica del Castillo de San José está diseñada por el chef lanzaroteño Orlando Ortega en colaboración con el equipo de profesionales de cocina de los Centros. Articulada en torno al producto local, Ortega ha rescatado recetas tradicionales de la historia del Castillo de San José y reinterpretado con técnicas de vanguardia aplicadas “con sentido común” para poner en valor el trabajo de los hombres y mujeres del sector primario insular a través de platos tan sugerentes como El pescado de Manrique, Delicias de cherne con langostinos, Croquetas de almogrote y Rejo de pulpo asado con pimientos, entre otros. Una amplia bodega de vinos de la Denominación de Origen Vinos de Lanzarote y una representación de las cervezas artesanales Malpeis, Nao y Los Aljibes de Tahiche le confieren identidad propia como estandarte de la gastronomía insular.
Sobre las guías Michelín y Campsa
Creada en 1900 por André Michelin, fabricante de neumáticos, para proporcionar información valiosa para los pioneros del automóvil, la Guía Michelín es hoy, sin duda, el catálogo internacional turístico de referencia. Se distingue por asignar de una a tres «estrellas de la buena mesa» a los establecimientos gastronómicos que, en referencia a distintos parámetros fijados por sus propios jueces, destacan en calidad, creatividad y esmero de sus platos: tres estrellas indican una cocina excepcional que justifica de por sí el viaje, dos estrellas señalan calidad de primera clase en su tipo de cocina, y una designa un restaurante muy bueno en su categoría. Además, asigna de uno a cinco cubiertos en función del confort y el servicio con que se sirve a los clientes.
Por su parte, la Guía Repsol es una guía turística española creada en 1979 que propone rutas en automóvil y proporciona información de interés turístico sobre los lugares por los que se puede pasar, dando una gran importancia a la gastronomía, y en especial, a los vinos. En este caso, la Asociación de amigos de la Real Academia de Gastronomía y la Cofradía de la Buena Mesa seleccionan y valoran los restaurantes, a los que concede uno, dos o tres soles en función de la excelencia culinaria, la calidad de la materia prima y su ejecución, el respeto por la cocina de la región, su carta de vinos y el servicio de mesa y sala.
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