Tayó. Exposición “Jugando entre líneas”
“Los cimientos de mi vida y de mis obras están construidos sobre la cultura heredada de mi pueblo”
Pedro Tavío (Uga, 1957), más conocido como Tayó, es un artista made in Lanzarote.


De esas personas grandes que ha “parido” esta isla. Involucrado en la sociedad, amante de su tierra, gran observador y complaciente con el paisaje.
Su prisma artístico encierra el color alegre y característico de la isla, sus trazos, sus formas limpias le aportan un diálogo sincero y eterno con el territorio y con todo lo que habita dentro de él. Su pintura es muy característica; su ingenuidad y su inocencia perduran en la retina de quien la observa.
Tras más de una década sin exponer y alejado del mundanal ruido, reaparece con este proyecto expositivo “Jugando entre líneas”, un acercamiento a su universo creativo y pictórico.
Trata de un divertido juego que formula a través de elementos evocadores sobre la naturaleza, el paisaje, la cotidianidad y hasta las gentes y la atmósfera de esta, su tierra.
Más de cien obras “cocidas a fuego lento” en estos cuarenta y cuatro años de profesión artística se expondrán entre todas las salas de El Almacén hacernos reflexionar sobre el territorio y la realidad antropológica, perfectamente conectados con los valores que conforman su unidad: isla, territorio y cultura.
Una exposición comisariada por Lana Corujo y David Machado que han jugado un papel esencial tanto para que el artista aceptase la invitación como para la exhaustiva dimensión cultural y patrimonial que han logrado proyectar.
Una cita indiscutible y obligada para los amantes del arte.
Mi hacer está enclavado entre territorio y antropología
El elemento de isla y de insularidad está presente en todos mis planteamientos estéticos
El pensamiento crítico es el único que nos permite avanzar como sociedad y tomar conciencia de nuestra simbiosis relacional con el resto del planeta
Somos incapaces de bajarnos de “la sociedad del instante”
Tayó. “Jugando entre líneas”
El Almacén se abre por completo a sus pies. El alma poética y sonriente del universo Tayó se dejará sentir del 17 de agosto hasta el 5 de noviembre 2022 en todas las salas de El Almacén
¿Qué nos encontraremos?
Alrededor de cien obras en las que he trabajado a lo largo de toda mi trayectoria y que han permanecido en mi taller como material de reflexión.


Estas obras han sido ejecutadas en largos tiempos de un hacer lento a través de múltiples estratos de capas que han ido evolucionando o creciendo y que he dado por finalizadas en los últimos cuatro años. Están formadas por retazos de un caminar despacio, bajo patrones que han ido fluyendo entre un diálogo con el pensamiento contemporáneo y con nuestra realidad antropológica.
En las obras que ahora se exponen se recogen vestigios culturales y deslizamientos fronterizos más allá de un tiempo y un espacio concretos, sin perder la reflexión del nexo común que les da unidad; isla, territorio y cultura.
Junto a su nombre resuenan las palabras emotivas que dedicó a la isla Agustín Espinosa, o se visualizan las manos puras de Pancho Lasso y por supuesto se percibe una conexión pictórica con César Manrique. ¿Influencias? ¿Admiración? ¿Qué le une a cada uno de ellos?
Me han ayudado a afinar mi sentido crítico y a tener una base y un argumentario sobre el cual fundamentar mi rumbo vital y mi análisis creativo. Y eso da un gran poder cuando se es joven porque me ha permitido comenzar mi trayectoria “subido a hombros de gigantes”.
Pero no hay que olvidar la otra pata de esta mesa, y la más importante, sin la cual la mesa no existiría: Lanzarote y la sociedad de nuestros antepasados que han hecho posible el desarrollo de una cultura, un entorno y un modo de entender la vida tan peculiares.
Y en este apartado, por lo que a tradición se refiere, mi referente como símbolo emanado del conjunto siempre ha sido la ceramista Dorotea.
Desde su primera exposición en 1978 hasta esta que nos propone en 2022 se han producido muchos cambios en la sociedad. La acción humana ha dejado su huella: hechos prósperos y adversos que también se dejan notar en sus obras. ¿Cuál es su valoración como artista y como persona?
Tanto Lanzarote como el mundo a nivel global han cambiado. El cambio forma parte fundamental de la vida y ha sido tema de debate filosófico tanto en oriente como en occidente desde hace más de veinte y cinco siglos, “todo cambia, nada permanece”.
Lanzarote no es una excepción, vivimos unos momentos de aceleramiento a todos los niveles y la cultura es un reflejo de su tiempo, se mueve en los mismos toboganes sociales, económicos y políticos que conforman el espectáculo global del momento.
En la sociedad actual todo es museo y sus visitantes son los turistas. Lanzarote está inmersa en ese circuito y controlar la conducción hacia una meta deseable, en este tipo de entornos, es muy complicado.
Vivimos un momento de ensoñación donde queremos todo y lo queremos ya, esta realidad apunta a que somos incapaces de bajarnos de “la sociedad del instante”.
Y es que sus obras representan verdaderas asignaturas didácticas. Puras lecciones de aspectos biológicos, sociales y culturales del territorio y de la propia humanidad. La antropología está muy presente en su arte. ¿Cómo definiría su pintura?
Mi hacer está enclavado entre territorio y antropología, a bordo de una nave que se desplaza entre pasado y futuro.
Es una obra que considera la pertenencia a un lugar, pero que se desliza entre líneas de lo diverso, entre una arqueología de lo contemporáneo y de lo universal, donde tiempo y espacio traspasan las barreras de lo físico para deambular por los territorios de lo mental, buscando y poniendo en valor fundamentos que han sido arrojados y olvidados en los basureros culturales.
¿En qué movimiento artístico se ve más reflejado?
Pienso que todo artista tiene que desarrollar una amplia teoría filosófica desde la que poder reflexionar para luego actuar, lo que conlleva una aproximación a la historia a través del pensamiento contemporáneo y también un conocimiento de la actualidad en sus diversas manifestaciones.
Hoy podríamos hablar de altermodernidad o de metamodernidad y pasados unos años se abrirán nuevos discursos y nuevas narrativas. En estos momentos vivimos una cultura expansiva en todos los sentidos y hacia todos los ámbitos, que abarca todo tipo de escenarios y que potencia la creatividad de una manera exponencial.
Este nuevo “movimiento”, de impulso hacia adelante, plantea reivindicaciones que dan un mayor sentido al arte acorde a nuevas necesidades surgidas desde los bordes de los acotamientos estéticos anteriores.
Los elementos que suele representar en sus obras suelen aparecer “encerrados” en pequeñas islas… ¿un deseo por eternizar su belleza y para no perder nuestra identidad e idiosincrasia?
El elemento de isla y de insularidad está presente en todos mis planteamientos estéticos. La escritura que represento no está encerrada, sino “abierta” como las islas sobre el océano.
Cada isla es un cruce de caminos por el que transitan una gran variedad de culturas, son puntos siempre abiertos hacia el mestizaje, hacia lo otro y hacia lo diferente.
Esos deslizamientos culturales son los que nos hacen avanzar como sociedad, al mismo tiempo que fortalecen nuestros pilares para proyectarnos hacia el futuro y no quedarnos anquilosados en una “isla vaciada”.
Identidad e idiosincrasia siempre están en diálogo entre lo viejo y lo nuevo, entre él antes y el ahora, lo más importante es que sepamos encontrar el equilibrio para no perecer en el océano de la nostalgia o “de la estupidez humana”.
¿Qué le ha aportado a su vida y a su obra sus vivencias en Uga?
Los cimientos de mi vida y de mis obras están construidos sobre la cultura heredada de mi pueblo. Mis pasos, mi modo de ser, mi manera de hablar… todo conduce a Uga, son las huellas sobre las que he crecido y son sus vivencias las que me hacen valorar la vida.
Me han ayudado a reflexionar sobre nuestra historia, pero siempre, ante todo, poniendo cada cosa en su contexto histórico, ya sea social, político o cultural.
Los cambios sociales y económicos de Lanzarote han sido tan grandes que me parece haber tenido la fortuna de vivir varias vidas, lo que ha contribuido a poder participar de una enorme riqueza cultural a través de ese suceder de cambios.
Conocido mayormente a través de su faceta como pintor, pero pocas personas conocen otras cualidades creativas suyas como literato, ilustrador, autor musical… Sin ir más lejos, su último trabajo conocido fue la creación de la imagen turística de Playa Blanca.
Un hombre polifacético
Esas y otras actividades dentro del campo creativo vienen con el vivir, con el tener años y dialogar con personas de áreas alejadas de nuestro recorrido principal.
La vida es un desplazarse en zigzag entre “esto” y “lo otro”, un dialogar y participar de las invitaciones que nos salen al paso, desde este punto de vista se puede decir que siento placer cuando me acerco a explorar territorios nuevos con una actitud lúdica y poder contribuir al entusiasmo que genera la colaboración creativa en proyectos grupales.
¿Cómo le gustaría que se le recordase?
Que nuestra trayectoria sea valorada ante todo por nuestro comportamiento me reconforta. Pero, aunque se me recuerde o no, mi hacer se despliega en unas pocas direcciones que ponen en valor la ética en todas mis acciones. Creo que el pensamiento crítico es el único que nos permite avanzar como sociedad y tomar conciencia de nuestra simbiosis relacional con el resto del planeta.
¿En qué otro proyecto se encuentra inmerso o cuáles tiene en mente para un futuro?
Trabajo en proyectos que están alejados del mundo cultural pero que están inmersos en territorios creativos, los cuales me han aportado un conocimiento del que carecía, abriendo nuevas conexiones y nuevas posibilidades en mi archivo mental. Esto enriquece mi manera de entender el arte, profesión que llevo practicando desde hace cuarenta y cuatro años de una manera cotidiana, rutinaria y lenta.
En pocas palabras:
- Un lugar: Me encanta Lanzarote.
- Un libro: “Pensar rápido, pensar despacio” Daniel Kahneman.
- Una película: “La vida es bella” Roberto Benigni.
- Un personaje: Gandhi.
- Una música: Una amplia variedad dependiendo del lugar y del momento.
- Una comida: Dieta mediterránea.
María Esther García Alonso MassCultura