El Teatro El Salinero sale “a la caza” de los jóvenes

El Teatro El Salinero busca ampliar su círculo y sale “a la caza” de los jóvenes

“Fue importantísimo para cultura, no solo teatral, sino escénica. Para la isla supuso empezar a contar con una programación anual”. Así recuerda el actor, autor, director y productor teatral lanzaroteño, Salvador Leal, la apertura del Teatro Insular, en el año 2007.
Desde entonces ha cambiado de nombre -en 2016 fue rebautizado como Teatro Víctor Fernández Gopar “El Salinero”-, y ha vivido tardes y noches de gloria, con talentos locales y con artistas de renombre nacional e internacional. Sin embargo, 17 años después de su inauguración, sigue teniendo retos pendientes. “Desde mi punto de vista, sigue sin haber una vinculación insular con el teatro. Hay que posicionarlo más allá de Arrecife, como un centro insular de proyección cultural”, defiende el actual consejero de Cultura del Cabildo, Jesús Machín Tavío.

“Para la población que hay ahora mismo en la isla, no creo que haya una gran cantidad de público que vaya al teatro. Sí hay un público de teatro, pero casi siempre va la misma gente”, afirma por su parte Salvador Leal. Y en esa idea incide también Jesús Machín: “Van los que están metidos en el circuito cultural”.
Romper con ese “carácter elitista” que parece haber adquirido El Salinero es uno de los objetivos que se ha marcado el consejero. “A veces es muy difícil que la gente que no está en ese circuito cultural baje a Arrecife y vaya al Teatro a un evento. Es más fácil que vayan al teatro cuando haces algo al aire libre”, explica. Por eso, su apuesta es “sacar ciertas actuaciones fuera del teatro, a los municipios”, con algo que sea atractivo, como una manera de “enganchar” al público, para “desde ahí meterlos en el circuito”.

A por el “talón de Aquiles”

El otro “grave problema”, está en la falta de relevo generacional en el patio de butacas. Desde el área de Cultura han detectado que los menores de 35 años apenas asisten a los actos, por lo que una de las prioridades es captar a ese sector de la población. “Está costando”, reconoce el consejero.
Machín llegó al cargo hace ocho meses y en este tiempo afirma que han estado pensando cómo abordar este “talón de Aquiles”. Ahora, ya tienen una propuesta sobre la mesa: impulsarán una iniciativa para que sean los propios jóvenes los que participen en la programación. Para ello, entregarán en los centros de Educación Secundaria y de Formación Profesional un listado de actos, para recabar su opinión.
“Dentro de esa variedad que nosotros les presentaremos, que es oferta cultural que creemos que tiene valores y que les va a revolver la conciencia para hacerles pensar y mejorar como personas, nos quedaremos con los tres que obtengan más votos, para ponerlos a su disposición”, adelanta Machín.

Una semilla se plantó el pasado mes de febrero. Como ya ha hecho en otras ocasiones, el Cabildo programó dos sesiones para escolares, esta vez de la obra teatral “Mararía la de Femés”, inspirada en el libro de Rafael Arozarena. En total, 900 alumnos y alumnas de primero y segundo de Bachillerato acudieron a esas citas.
“El espectáculo aborda la cosificación de la mujer y el canon que tenían establecido en esa época en Lanzarote, y nos pareció importante acercarlo a los escolares”, explica Jesús Machín. Y afirma que el resultado fue un éxito: “Hablamos después con los profesores y nos dijeron que tuvieron que aparcar las clases, porque los alumnos no hacían sino hablar de la representación”. Ahora, el objetivo es conseguir que esa semilla siga germinando. “Queremos conseguir que no lo vean como algo anecdótico, y que los escolares vayan al teatro”.
Hacer llegar la información
Como productor teatral, Salvador Leal también subraya la importancia de dar difusión a los actos que se ofertan. “Según los contactos que tengas, te dan más promoción o no. Y hay gente que se entera, pero a muchas otras personas no llega la información”, lamenta.
El consejero de Cultura también considera que en el anterior mandato “fallaba mucho la comunicación”, y admite que es un campo en el que aún tienen que trabajar. “Estamos mejorando muchísimo, pero todavía nos queda”.
No obstante, afirma que está satisfecho con la acogida que han tenido los actos durante el tiempo que lleva en el cargo. “Ha sido muy raro el evento que no se ha llenado. Es verdad que hemos tenido algunos que no, pero ha habido una subida de espectadores”, subraya.
De los actos de los últimos meses, destaca especialmente esas representaciones de “Mararía la de Femés”, pero también otras, como el espectáculo del aniversario de Los Buches -que “fue precioso” y llenó el teatro-, o la actuación de Mayumama.
En cuanto a las próximas citas más inmediatas, recomienda anotar en cada agenda personal el Festival Traslación de danza (14 de marzo), la obra Ratas (16 de marzo) o el nuevo espectáculo de Kike Pérez (5 de abril).

En busca del equilibrio

Más allá de la iniciativa que se va a poner en marcha para implicar a los jóvenes, el gran desafío está también en cómo elegir la programación. Desde su posición como profesional del sector, Salvador Leal cree que es necesario que el Teatro Víctor Fernández Gopar El Salinero “ayude a generar más teatro en la isla”, y también echa de menos que se apueste por el teatro independiente.
En su opinión, sobre las tablas pasa algo parecido a lo que ocurre en el patio de butacas. “Todo esto prácticamente no se maneja desde aquí. Son programaciones en algunos casos nacionales o a nivel de Canarias, y casi siempre entra la misma gente”.
Por su parte, el consejero de Cultura explica que cuentan con un equipo de programación del que forma parte él mismo, junto a dos técnicos y el coordinador. “Solemos ponernos muy de acuerdo, pero a mí me gusta tener disparidad de opiniones, porque eso representa a la masa poblacional”.
En cuanto al equilibrio entre la cultura local y los espectáculos llegados de otras regiones, considera que ambas cosas deben convivir. “Hay personas que no se pueden permitir o que no tienen facilidad para ir fuera a ver una compañía o un concierto de prestigio o de renombre. Por ejemplo Mayumaná, si no hubiera venido a Lanzarote, no iban a poder verlo. Por eso tenemos que hacer un esfuerzo para traer gente de fuera, porque nos enriquece a todos; pero a la vez creo que el Teatro y El Almacén tienen que ser el resguardo y el sitio prioritario para la gente de aquí”.
¿El público manda?
De cara a establecer la programación, el consejero de Cultura considera que hay que estar atento a qué conecta con la población: “Yo he intentado quitar los eventos que tienen un coste alto pero que luego tienen una popularidad baja. ¿De qué vale hacerlo, si luego no va la gente?”.
También es partidario de actuaciones en las que el artista o la compañía “asumen los riesgos”, con la venta de entradas, sin suponer un importante desembolso para el Cabildo. Cita como ejemplo el concierto de Natalia Jiménez, y defiende que el público lanzaroteño sí está dispuesto a pagar por un espectáculo que le “enganche”, tanto si es de fuera como si es local.
Salvador Leal también coincide en que “el público es el que marca” lo que se programa, como pasa también en la televisión o en el cine. “Yo creo que eso es un trabajo de la gente que hacemos teatro: intentar que tu trabajo llegue, que guste”.

No obstante, también cree que con el teatro y con el arte en general, como con la comida, hay que “educar” el paladar. “Hay niños pequeños a los que les das carne y no les gusta. Comen salchichas y otros sucedáneos, pero cuando les das la de verdad, no les gusta. Si le das al público mediocridad, no va a tener referentes para poder saber qué está bien y qué está mal”.

Un equipo humano “brutal”

En lo que coinciden Salvador Leal y Jesús Machín, desde los dos lados de la barrera, es en alabar al “gran equipo humano” que trabaja en el Teatro El Salinero. “Trabajar allí es un placer, porque son fantásticos. Colaboran y apoyan a la compañía, seas quien seas. Cualquiera que llegue allí es súper bien atendido”, subraya Leal.
Uno de los secretos podría estar en el tiempo que llevan trabajando juntos y en la cohesión y la “armonía” que se ha conseguido en el grupo, porque prácticamente todos están ahí desde el inicio. “Es un equipo brutal. Trabajan fines de semana, festivos, mañanas, tardes… Y siempre con una sonrisa, con un trato afable y muy buenas formas. Mira que reciben gente y de distinto tipo, y siempre con un tacto exquisito”, alaba también el consejero.