Rafel Vaquer: “El cabrón de Johnny Roqueta me cae muy bien, incluso sin tupé; si renunciase a él, me suicidaría”
El dibujante mallorquín, invitado al Salón del Cómic de Tenerife, repasa su trayectoria, sus orígenes en el cómic barcelonés y su relación con la Inteligencia Artificial
Por Noé Ramón
El alma de Johnny Roqueta
El reconocido dibujante Rafel Vaquer visita por primera vez Tenerife como invitado al Salón del Cómic de Tenerife, donde ofrecerá una charla sobre su exposición en el Parque García Sanabria, centrada en la evolución del mítico personaje Johnny Roqueta y su vínculo con el mundo del motor. La muestra es también un homenaje a sus dos grandes pasiones: el dibujo y las motos.
Vaquer, nacido en Palma de Mallorca en 1957, llegó a Barcelona a mediados de los años setenta, atraído por el vibrante ambiente artístico que allí se respiraba. “Cuando llegué a Barcelona fue como si quisieras ser actor y fueras a Hollywood. Supe que estaba en el sitio adecuado”, recuerda el dibujante.
Los inicios de una carrera ligada al cómic y la publicidad
¡Su desembarco en el mundo de la historieta coincidió con el auge del underground barcelonés, de la mano de publicaciones como El Rrollo Enmascarado o Butifarra!, junto a autores como Max o Alfons López. Más tarde, su talento se consolidó en revistas como Barrabás, Bruguera, El Jueves y Solo Moto, donde Johnny Roqueta se convirtió en su alter ego y en una de las figuras más icónicas del cómic español.
Aunque estudió Periodismo y Publicidad, Vaquer confiesa que lo suyo siempre fue el dibujo: “Quería ser dibujante, pero para amortizar ese capricho tuve que trabajar en publicidad”. Esa doble vertiente marcó su estilo visual, a medio camino entre la ironía del cómic y la precisión del diseño gráfico.
“Soy un cronista de lo que tengo delante de los ojos”
Rafel Vaquer se define a sí mismo como un cronista visual. “Jamás he dibujado aventuras del oeste ni medievales. Siempre he hablado de lo que ha pasado frente a mis ojos”, señala. Su obra combina humor, realismo urbano y retratos de la vida cotidiana en la España contemporánea.
Sobre su personaje más célebre, Johnny Roqueta, afirma con humor y afecto: “El cabrón de Johnny Roqueta me cae muy bien. Si renunciase a él, me suicidaría”. Este personaje, nacido en 1982, representa la rebeldía, la música rock y la cultura motera, valores que el propio autor reivindica como parte de su identidad.
Pionero del arte digital y abierto a la Inteligencia Artificial
Vaquer fue uno de los primeros dibujantes españoles en integrar herramientas digitales en su proceso creativo. “Fui de los primeros en usar ordenadores. Cuando salió el primer Mac, ya tenía un par de máquinas funcionando”, explica.
Respecto a la Inteligencia Artificial, su postura es abierta pero cautelosa: “No estoy en contra de la IA, aunque soy consciente de que puede ser tóxica si no la usas con cuidado y cariño”. Reconoce que la IA tiene potencial, pero también advierte de que “por ahora tiene demasiadas ideas propias”.
Una vida dedicada al arte y a la docencia
Además de su faceta como dibujante y publicista, Vaquer también ha sido docente en Mallorca, donde ha impartido cursos de cómic, diseño gráfico y animación digital. En la actualidad, combina su labor artística con proyectos de divulgación sobre motociclismo y cultura visual.
Entre sus próximos proyectos destaca una distopía mediterránea ambientada en una isla ficticia llamada Mayurqa, una reflexión sobre la historia, el amor y los genocidios culturales que atraviesan la humanidad.
“Johnny es mi alter ego. No renunciaría a él sin suicidarme”
Para Vaquer, Johnny Roqueta sigue siendo más que un personaje: es una extensión de sí mismo. “Ya me gustaría poder peinarme como Johnny, pero podría responder por él. Es mi alter ego”, confiesa entre risas.
Su legado, sin embargo, va más allá de un personaje o una revista: es el testimonio de un autor que supo capturar el espíritu de una generación, el pulso de las calles y la energía inconformista del cómic español.