Lanzarote está de fiesta
¡Ya está aquí agosto y, con él, el punto álgido del verano en Lanzarote! Estamos en el ecuador de la estación más cálida del año y, también, la más festiva. Las verbenas, procesiones y tradiciones ya han inundado muchas localidades durante el mes de julio, pero en agosto llegan algunos de los platos fuertes.
En este mes, la isla se viste de gala para celebrar a San Ginés en Arrecife, pero la fiesta no se detiene en la capital. Otros rincones de Lanzarote también se preparan para sus propias celebraciones. El Risco de Famara, Mogaza, La Tiñosa, La Geria y sus fiestas en honor a Nuestra Señora de la Caridad, Nazaret, Tinajo, Playa Honda, Haría con Nuestra Señora de Lima, San Bartolomé honrando a su patrón y Órzola, que cierra el calendario con sus fiestas en honor a Santa Rosa de Lima.
En medio de ese ambiente festivo, el verano también ha reabierto un debate que dura ya décadas: qué uso dar al Islote de Fermina. Y es que a pesar de su reciente apertura en 2023 -tras numerosos proyectos e inversores millonarias fallidas-, el Ayuntamiento de Arrecife y el Cabildo son conscientes de que este emblemático espacio continúa infrautilizado.
En esta edición de Mass Cultura repasamos la historia de este islote con nombre de mujer, con motivo de la nueva ronda de consultas abierta por el Consistorio, que vuelve a plantear convertirlo en un centro náutico.
Sin embargo, antes de abordar nuevos cambios, es vital que las administraciones se comprometan a una estrategia clara, compartida y a largo plazo, porque no podemos permitirnos otra ronda de proyectos iniciados y abandonados.
Hasta ahora, el problema principal ha sido siempre la falta de una dirección clara. Los proyectos se ejecutaban sin un objetivo definido, y se dilapidaron millones en obras que ni siquiera llegaron a inaugurarse. Por eso, es vital aprender de los errores del pasado, porque si algo ha demostrado la historia del Islote de Fermina es que la improvisación y la falta de coordinación conducen al fracaso.
Es hora de que este lugar deje de ser un símbolo de promesas rotas y se convierta en un ejemplo de desarrollo sostenible y comunitario. El ejemplo de César Manrique, que tuvo su propio sueño para este Islote, debería guiarnos en este proceso. Manrique mostró cómo combinar desarrollo y conservación, y este equilibrio debe ser el pilar de cualquier plan para el Islote de Fermina