“El collage es muy democrático, cualquier persona se puede animar a crear”
Isabelle Mathieu ni siquiera sabía que el collage podía ser una disciplina artística cuando empezó a adentrarse en él de forma intuitiva, con solo 15 años. “Siempre me gustó el arte y necesitaba estar con colores, pero como no sabía dibujar bien, empecé a hacer un collage básico, forrando cajas y libretas”, recuerda esta artista de origen francés, afincada en Lanzarote desde 1999.
Aunque estudió Lenguas Extranjeras en la Universidad de París, Isabelle siempre ha estado vinculada al arte de manera amateur y como autodidacta, consultando libros y visitando galerías cada vez que tenía oportunidad. Llevaba más de dos décadas depurando su técnica y experimentando con las distintas posibilidades que ofrece el collage cuando, hace ocho años, empezó a brillar y a ver reconocido ese trabajo.
Fue José Betancort, responsable técnico de la programación de artes plásticas y visuales de El Almacén, quien se interesó por los álbumes que Isabelle había ido almacenando cuidadosamente durante años. Una amiga los había visto y se lo comentó a Pepe, que quiso ver su trabajo y terminó eligiendo un collage para la portada de la agenda cultural que editaba el Cabildo. La revista salió en marzo de 2017, y “con esa portada empezó todo”.
Desde entonces, sus creaciones han podido disfrutarse en “Les femmes en El Almacén”, en “Arte para los Refugiados”, en su exposición con la artista Rosalía Díe “Pro Indiviso” o en su proyecto de arte urbano “Escenas Cotidianas”, junto a las artistas Marta Medina y Doli García.
“Vivía en el centro de Arrecife, veía muchas fachadas tapiadas y nació la idea de aprovecharlas para pegar collages XXL”, explica. Además, querían darle un sentido a la propuesta. Así, a la poesía visual que aportaron Marta e Isabelle se unió la “pasión por las palabras” de Doli, que las dotó de intención. “No debemos dejar que los ‘no lugares’ avancen sin control y hagan desaparecer las relaciones y la memoria”, decía Marc Augé. Y ese mensaje terminó de inspirarlas para iluminar algunas calles de la capital.
Cuando ya tenían el proyecto encaminado decidieron presentarlo a un concurso con motivo del centenario de César Manrique, lo que facilitó poder intervenir en una gran fachada de la capital. Además, gracias a ese mismo certamen realizaron un libro de artista con fotos cedidas por distintos vecinos de Arrecife.
Esa fue la única vez que Isabelle Mathieu ofreció su trabajo, porque para ella no es su profesión. Los demás proyectos en los que ha participado han surgido cuando han ido a buscarla con una propuesta. La última puede verse desde el pasado 25 de julio y hasta el próximo 27 de septiembre en El Almacén, en una exposición colectiva junto a María Arreb, Elena Betancor, Mayte Bethencourt, Rosalía Díe, Flora González, Guacimara Hernández, Emma LLG, Macarena López Grimón, Raquel Plans, Adriana Sandec y Rosa Vera. Una muestra que apuesta por el collage “como una excepcional herramienta de expresión artística para abordar cuestiones relacionadas con el arte, la palabra y el pensamiento”.
Redacción Mass Cultura
Una docena de mujeres participan en la muestra “Arte, Palabra y Pensamiento”. ¿Cómo surgió la idea de esta exposición colectiva y qué le atrajo para participar en ella?
Rosa Vera quería hacer una exposición de collages y reunir más collagistas. Rosa es maravillosa, siempre insiste en que tenemos que unirnos para crear una asociación de collage. Su deseo de reunir artistas collagistas y las circunstancias nos fueron juntando hasta ser 12 mujeres. A mí fue Pepe (José Ramón Betancort) quien me propuso participar. Pepe es tan respetuoso hacia el trabajo de los creadores… Nos considera a todos artistas, independientemente de nuestras trayectorias. Le he oído decir a menudo: “¡Cuántas maravillas escondidas hay que sacar a la luz!”. Por eso siempre que me pide participar en algo, me siento afortunada y aunque no pueda, busco la manera.
La exposición plantea cuestiones identitarias, culturales y sociales. ¿Qué reflexión ha querido proponer usted y cómo fue el proceso creativo?
Para esta exposición, Pepe nos ofreció la libertad de abordar cuestiones relacionadas con el arte, la palabra y el pensamiento, y decidí llevaros de paseo por la intimidad de mis lecturas. Desde hace años, acumulo libretas donde suelo copiar páginas enteras de libros leídos. Esas libretas son una continua fuente de inspiración. Allí están los pensamientos que me habitan. Entre tantos autores y poetas fue difícil elegir, pero al final uno elige según las emociones que más le acompañan en el momento de crear y quedaron Víctor Hugo, Louis Delorme, Claudie Becques, A.Nothomb y Katherine Pancol. Ellos permitieron que mis recortes se transformaran en historias.
Después, para el collage acudí a los grandes pintores como Manolo Valdés, con la obra titulada “El ángulo”, Joaquín Sorolla, con “Cantar su queja”, y Georges Seurat, con la obra “Tiempo suspendido”. Inspirarse, transformar y recortar el trabajo de esos artistas no solamente eleva de inmediato con su belleza las historias que se quieren contar, sino que también nos transportan a otras épocas, a otras vidas, y enriquecen cualquier intento de hacer poesía visual. Diría que para ese proceso creativo, los autores, poetas y pintores que elegí han sido las raíces de mis collages. Yo después solo me apliqué para hacerlos florecer.
¿Cómo fue el diálogo con las otras artistas? ¿Influyó en su manera de enfocar la obra?
La relación ha sido muy buena, lo he disfrutado mucho. Ha sido una experiencia enriquecedora, pero no influyó en mi manera de enfocar la obra. Las doce creábamos desde nuestra casa y poco sabíamos de lo que hacía cada una.
¿Y qué sintió al ver la exposición completa?
Fue una sorpresa el día del montaje de la exposición al ver más de 145 obras reunidas, y ver cómo surgía armonía y mucha emoción. Poder ofrecer tantas propuestas, cada una tan diferente de la otra, es realmente interesante y emocionante. Para mí este encuentro ha sido alentador. Al igual que subrayó Rosa Vera en varias ocasiones, pienso que el collage es muy democrático y cualquier persona se puede animar a crear, ya sea poesía visual o reivindicaciones. Eso es lo que lo hace tan especial.
También acaba de participar en “Diez libros para una isla”. ¿Cómo fue reinterpretar visualmente la portada de una obra como “Le Canarien: Crónicas francesas de la conquista de Canarias”?
Eso fue más difícil, porque tenía un poco de miedo. Fui a la Casa Amarilla del Cabildo para leer el libro, porque fue el único sitio donde lo encontré. Era una historia que no conocía bien y me sorprendió. Me asustaba poner de más o poner de menos, pero intenté reinterpretar sin salirme del contexto. Actualizar respetuosamente la antigua portada, es lo que quería conseguir.
Lo cotidiano y lo encontrado, especialmente el papel, juegan un papel esencial en su obra. ¿Cómo es la búsqueda de esos materiales?
Todo me vale: un libro antiguo de partituras de música, cartas viejas, objetos pequeños insólitos… Pero normalmente me fijo en un color o en una textura. Me gustan todos los papeles, suelo buscar papel beige, el que tienen los libros antiguos llenos de humedades. A veces las bibliotecas se deshacen de ellos y suelo aprovecharlos. Cuando eso ocurre me emociono y suelo hacer series de collages. Los guardo todos como pequeños tesoros y de vez en cuando, al abrir esas gavetas, es una gran sorpresa volver a descubrirlos.
“Embellecer la calle como si fuese una galería fue un sueño. Ojalá hubiese más espacios y más oportunidades para realizar proyectos en Arrecife para embellecer la cuidad”
Para el proyecto de intervención urbana en fachadas de Arrecife también fueron esenciales las fotografías, ¿no?
Sí, la fotografía fue lo esencial para el proyecto “iluminando no lugares”. La idea de este proyecto era que todo fuese para la gente de Arrecife, y Marta y Doli fueron buscando imágenes que los arrecifeños les prestaban. No era tarea fácil, porque a muchos les frenaba el miedo a ver la foto de un familiar querido en un grafiti. Era comprensible. Para uno de los collages XXL, un vecino que vivió en el Callejón liso toda su vida y que nos deleitó con historias de la época, nos vio hacer un collage y nos enseñó un álbum de fotos lleno de sus recuerdos de infancia, ofreciéndonos una foto antigua, preciosa, de él con su perro, para hacer un collage en una pared cerca de donde vivía. Nos dijo que cogiéramos solo la foto donde estaba él, porque su hermano gemelo prefería no aparecer. Unos días después nos lo cruzamos y nos dijo: “Ay, qué arrepentido está mi hermano de no haberte dado la foto donde estábamos los dos juntos”. Fue muy simpático. La idea de ese proyecto era que no costara dinero y lo que hizo Marta fue escanear la foto, decidir el tamaño final y dividirla en hojas de tamaño A4, en blanco y negro, imprimir cada división y después unirlas en la pared. En las fotocopias no veías nada, era como si fuese un puzle de tonalidades grises, y la imagen solo aparecía cuando estaba todo montado. Teníamos que poner todas las hojas en el suelo, recortar sin equivocarse, porque todo luce oscuro y cuesta diferenciar las formas. Después, pegar el collage XXL en la pared era otro reto: no te puedes equivocar y tiene que estar cada línea de cada hoja perfectamente pegada con hoja que va al lado, porque si no la imagen se va torciendo. El proceso es algo laborioso.
intervención urbana en Arrecife
¿Qué le atrajo de ese proyecto de arte en la calle frente al de galería?
Embellecer la calle como si fuese una galería es un sueño. Cruzarme con la sonrisa de las personas que van a trabajar y se alegran de ver poesía visual. Aunque sea efímero, me resulta satisfactorio. Ojalá hubiese más espacios y más oportunidades para realizar proyectos en Arrecife para embellecer la ciudad.
¿Cómo cree que recibe el arte urbano la ciudadanía en Lanzarote? ¿Hay interés, resistencia…?
Los comercios de alrededor y las cafeterías de la plazuela estaban encantados. Todo fueron halagos. Se paraban y nos animaban: “Qué bien, qué bonito”. En nuestro caso nunca nos pusieron problemas. Lo único es que hay normas que hay que cumplir y que el proceso es largo. No hay que tener prisa ni desesperarse. En paralelo a este proyecto, había tejido con crochet círculos, que cosí uniéndolos y los coloqué alrededor del tronco de un árbol en esa misma plazuela delante del collage XXL, pero duró dos meses y después desapareció. Hasta fuimos más allá Marta y yo y plantamos geranios alrededor de los árboles donde estábamos haciendo el collage, quitando las colillas y la basura, pero cuando volvimos los siguientes días estaban arrancadas. Esa intención no funcionó, pero sería bonito plantearse embellecer constantemente Arrecife a través del arte urbano. No dudo que habría una multitud de personas con ideas brillantes sin que suponga mucho presupuesto. Pienso que fue bonito y que conseguimos iluminar la calle un tiempo.
Y de cara al futuro, ¿hay alguna idea que le ronde la cabeza para próximos trabajos?
Lo que me emocionaría mucho sería que llevemos el proyecto de “Arte, palabra y pensamiento” a producir un libro de artista sobre collage, incluyendo más artistas y nuevos collages, y acompañar cada uno con un microrrelato o una poesía. También sería bonito producir un documental corto sobre el collage.
“Guardo todos mis collages como pequeños tesoros y de vez en cuando, al abrir esas gavetas, es una gran sorpresa volver a descubrirlos”
Si tuviera que elegir un libro, una imagen o una palabra que le acompañe siempre en su proceso creativo, ¿cuál sería? ¿Hay algo que le marque para crear?
Hay algo que siempre tengo presente: “Encuentro lo que busco haciendo”. No tengo siempre muy claro lo que quiero conseguir. Para saberlo hago, saco material y me parece que siempre sale algo. Encuentro interesante tanto lo que funciona como lo que no, porque así veo lo que tengo que descartar y por qué no funciona. Hablaba con una de las compañeras de la exposición, Adriana Sandec, y le contaba que tengo un cajón en mi casa con todas las cosas que tengo a mitad, y me preguntaba si eso no me frustraba; pero yo considero ese cajón como el de los tesoros. Cuando me dicen “haz algo”, voy a ese cajón y sé que por fin voy a poder acabarlo.
Revista Mensual de Ocio y Cultura de Lanzarote — Agosto 2025