Camy, la voz de Drûpe
“Me haría feliz que nuestras canciones te motiven y te saquen de un mal día”
Los primeros acordes de Drûpe comenzaron a sonar en un cumpleaños, el mismo día en que Camy y Matt se conocieron. Él había llevado a la fiesta su guitarra, que actuó como imán. “Le dije: Si tienes un riff, yo tengo la letra, y con las risas nos pusimos a componer un tema ahí en la playa”, recuerda la que hoy es cantante del grupo.
Su primera aventura musical juntos la iniciaron en 2010, bajo el nombre de Zombie Love. A Camille Tardieu y Matthew Cuddy se unió Sebas, a la batería; mientras que con el bajista atravesaron varios cambios, hasta que Sly G. llegó para quedarse. Es el cuarto eslabón de lo que hoy es Drûpe; el grupo que demuestra que un inglés, dos franceses y un argentino pueden sonar a Lanzarote.
El cambio de nombre llegó en 2022. El grupo había pasado largas temporadas separado, porque cada uno inició nuevos rumbos en otros países, pero la isla volvió a reunirlos y regresaron con fuerza. “El sonido que estamos haciendo ya no es tanto como Zombie Love y hemos crecido también como personas”, explica Camy, que añade que a nivel de márketing tampoco funcionaba bien, porque zombie es una palabra demasiado utilizada en las redes.
Buscando un nuevo nombre, Matt fue quien propuso la palabra francesa Drûpe, que se refiere a las frutas con hueso. Un hueso que se origina a través de un ovario súpero. “Me dijo: Como tú eres la cantante y eres la chica, deberíamos llamarnos Drûpe. Y me sonó bien y fuimos para adelante”.
Hoy son un equipo en el que todas las piezas encajan. “Nuestros caracteres se fusionan bastante bien”, apunta Camy. De Sebas destaca que es “muy bueno con todo el tema de papeleo, los contratos y los números”, igual que Sly; mientras que Matt y ella son los que llevan “las ideas” y “las cosas más inesperadas”. También los que se encargan de componer los temas, sin orden ni normas. “A veces quedamos para practicar las voces para una canción y en vez de hacer lo que tenemos que hacer, empezamos a componer”. Después, cuando lo llevan a la sala de ensayo con todo el grupo, terminan de cobrar forma.
“Somos un poco como los payasos de la clase. Todos tenemos el mismo sentido del humor y para mí son como hermanos. No sé qué haría sin ellos”, confiesa Camy. Desde que se embarcaron en esta aventura, recuerda con especial cariño las giras, que entre 2014 y 2018 les llevaron al norte de España, al sur de Francia y a Inglaterra, cuando todavía eran Zombie Love.
Como Drûpe ya han empezado a actuar en otras islas de Canarias y en noviembre estarán en Alemania y en el Festival Monkey Week de Cádiz, gracias a Malpís Records, el sello del álbum que están a punto de presentar. De momento ya han dado a conocer los tres primeros singles, “Ready for it”, “You do we do I do” y “Party”. El lanzamiento del disco será el 14 de noviembre y ese día habrá una presentación en bySiroco, solo para escucharlo; pero la gran puesta de largo será el 19 de diciembre en El Almacén. “Será un concierto roquero, porque somos roqueros, pero con un ambiente más íntimo”.
Isabel Lusarreta
Definen su estilo como un rock costero. ¿A qué suena la costa?
A Lanzarote, ¿no? Nosotros somos una mezcla porque Sebas es argentino, Matt es inglés y Sly y yo somos franceses, pero todos llevamos casi toda nuestra vida aquí. Hemos vuelto a nuestros países pero siempre hemos regresado a la isla, porque tiene algo que uno no puede irse mucho tiempo. Entonces siempre estamos cerca del mar y hacemos rock, sí, pero tiene algo más fresco. Yo escucho metal, escucho funk, escucho blues, escucho de todo, y lo nuestro tiene una pizca de cada cosa. También un poco de los 90 y de los 80. Es como una mezcla de todo y por eso lo llamamos costero, porque es algo más fresquito.

Ya han dado a conocer tres singles y ahora están a punto de presentar el álbum Peach Please, el primero en formato largo. ¿Qué supone este momento en su trayectoria?
Es la primera vez que vamos a tener un vinilo, que también es un paso súper bonito. Cuando tuvimos las pruebas que nos enviaron de la discográfica pensé: “Esto son canciones mías y las estoy poniendo sobre un vinilo”. No parece real, parece que es de otra persona. El hecho también de haber grabado en un estudio como Néptar ha sido increíble, para mí es el mejor sonido que hemos tenido hasta ahora. También hemos dedicado mucho tiempo para que las canciones sonaran como suenan hoy. Fue un proceso bastante largo, de volver a escucharlas y hacer cambios, pero muy enriquecedor para crecer también como músicos. Fue algo increíble y la verdad es que ya tengo ganas de grabar el segundo.
El 14 de noviembre lanzan su disco Peach Please y el 19 de diciembre será la gran presentación, con un concierto en El Almacén
¿Y qué acogida han tenido los dos primeros singles? ¿Qué comentarios les llegan?
Obviamente uno siempre tiene un poco de nervios al presentar estas cosas, porque son canciones que has escrito sobre ti mismo, que has dedicado tiempo… Básicamente es tu bebé y lo presentas al mundo, y la verdad es que la gente lo está recibiendo muy bien. Tenemos un montón de cumplidos. El primero es más rock y el segundo que sacamos es más ochentero. Nuestra idea era un poco la de los temas que ponían cuando hacían crossfit en la tele en los 80, con las mallas y tal, pero luego dijimos: No. Cuando lo piensas y te fijas en la letra, es más algo introspectivo, sobre querer siempre ir para adelante. Siempre me gusta escribir letras que sean abiertas, para que la gente pueda poner lo que quiera de significado. Realmente yo tengo mi propio significado detrás y sé de qué va, pero cuando lo escuchas, cada uno puede adaptarlo a lo que está viviendo, que es lo que me interesa también. Durante toda mi vida, muchas canciones me han ayudado a pasar momentos o me he sentido identificada con la letra, y supongo que todo el mundo tiene eso. Lo que me haría feliz es que mis canciones te motiven, que te hagan feliz, que te saquen de un día en el que no tienes ganas de hacer nada, que te empuje, no sé, a hacer las cosas que te gustan. Eso sería el gol de esto de escribir canciones.
“Me gustan los escenarios pequeños y las salas íntimas, pero compartir escenario con Maná fue increíble”
Ya podían presumir de haber actuado en los principales festivales de Lanzarote, como Sonidos Líquidos y Arrecife en Vivo, pero hace poco sumaron el Lava Live, compartiendo escenario con Maná. ¿Qué sintieron cuando les llegó la propuesta?
– Fue muy gracioso porque cuando nos preguntaron si queríamos participar en ese festival, no se sabía nada del cartel. Dijimos que sí, claro, y a los dos o tres meses alguien me manda una captura de pantalla y me dice: ¿Tocas el 14 de junio, verdad? ¿Vas a tocar con Maná?”. Entonces mandé un mensaje a la chica de la productora para confirmar que tocábamos el día 14. “¿Tocamos con Maná?”, le pregunté. Y me dice: “Sí, ¿es un problema?”. Digo: “No, no. Estoy alucinando, no me lo creo”. Aquella noche fue increíble y se lo dije a los chicos: está guay actuar en escenarios chiquititos y me encantan las salas cerradas e íntimas, pero el hecho de estar en un escenario donde tienes una rampa para poder bajar o ir para adelante, me encantó. Eso sí, el cardio hay que hacerlo, pero es súper guay.
Se quedó con ganas de más, ¿no?
Ay, sí, sí. Ahora un escenario así cada dos meses me vale.
Aparentemente Maná no encaja mucho con su estilo musical. ¿Es un grupo que les gusta?
Sí, sí. Como digo, yo escucho de todo. Aunque soy francesa, yo me crié con música inglesa y no empecé a escuchar canciones francesas hasta mis 20 o 25 años. Y cuando al principio iba a tocar en bares en la isla con amigos, tocaba muchísimas canciones en español, y claro, no faltaban “Corazón espinado”, “Mariposa traicionera”… Después de nuestro concierto nos quedamos para ver a Maná y lo pasamos muy bien, la verdad. Hay un montón de canciones que pensaba: “Ay, yo conozco esto. Ay, esto también…”
“Somos un poco como los payasos de la clase. Los graciosillos que queremos estar felices y pasarlo bien en el escenario, que es lo más importante”
Ya saben lo que es actuar en el extranjero, en Francia y en Inglaterra, y ahora en noviembre estarán en Alemania. ¿Lo afrontan como cualquier otro concierto, o da cierto vértigo salir de su entorno?
Para ser sincera, como en Alemania todos hablan inglés, para mí es más fácil. Todas las letras de nuestras canciones son en inglés y cuando tengo que cambiar al español para hablar entre canciones, a veces se me va un poco la lengua, no sé cómo decir las cosas. Por eso me desenvuelvo mucho mejor cuando el público habla inglés. Pero como venimos de Canarias, también me gusta el hecho de poner allí un par de palabras en español, que a lo mejor ya habrán escuchado. Y también me gustaría intentar hablar un poquito de alemán, pero eso lo llevo fatal.
¿También sabe alemán?
No. Solo ‘hola’, ‘¿qué tal?’… y cosas que no debería saber.
Siendo de origen francés y habiendo pasado casi toda su vida en España, ¿por qué el inglés? ¿Por qué no se ha lanzado a componer en otro idioma?
– Es gracioso, pero nunca he escrito en francés, por ejemplo. Lo he intentado, pero lo escribo y al día siguiente lo leo y digo: “¿Qué es eso?” Siempre me ha resultado más fácil componer en inglés.
¿Qué papel juega su voz en la composición del sonido de Drûpe?
Uf, buena pregunta… Cuando estábamos en los primeros años del grupo, recuerdo recibir una crítica que me pareció muy graciosa, porque me parece bien escuchar críticas buenas, pero también las malas, cuando son constructivas. Una persona me dijo que todas nuestras canciones eran diferentes y que deberían tener todas el mismo estilo, y le dije: “Pero yo no escucho siempre el mismo estilo. Y mi cabeza ni siquiera consigue a veces escuchar una canción entera si es el mismo estilo y tengo que pasar a otra. Entonces no puedo crear haciendo todas las canciones iguales. Tengo que ser fiel a quien soy”. Tiempo después hablé de eso con una amiga y me dijo: “Da igual que las canciones sean diferentes, porque realmente se oye quiénes sois. El sonido que tiene Matt a la guitarra, se oye que es Matt. Los redobles de Sebas, se oye que es Sebas quien está tocando. Y tu voz… es que tu voz es tu voz. Puedes estar cantando country, puedes estar cantando rock o soul, que sé que eres tú por tu voz, porque tienes una firma”. Me pareció muy bonito y me quedé con eso.
Han tocado en fiestas y festivales para el público local, pero también en lugares como el Gran Hotel y en zonas turísticas. ¿Cómo cambian su preparación según el tipo de público o escenario?
La esencia de quiénes somos siempre va a estar ahí. Somos los graciosillos, que queremos estar felices y orgullosos con nuestro bolo, pero también pasarlo bien en el escenario, que es lo más importante. Porque si lo pasamos bien, la gente también lo vive y lo siente. Me parece muy importante la personalidad que tenemos y siempre seguir siendo quienes somos. A lo mejor el punch, el cómo llegue el mensaje, será diferente si es un ambiente más íntimo. A lo mejor hablaré más tranquila o más pausada que si es un escenario muy grande, por ejemplo como lo de Maná, que necesitaba más energía. Eso se adapta, pero lo que es la personalidad creo que siempre es la misma. Si lo que vendes es 100% quien eres y no haces una parodia o un teatro, si lo haces con tu corazón y realmente eres tú, pues se vende mucho mejor y la gente recibe mucho mejor el mensaje, creo yo.
“Yo no escucho siempre el mismo estilo y no puedo crear haciendo todas las canciones iguales. Tengo que ser fiel a quien soy”
¿Hay alguna canción que nunca falla en vivo?
Bueno, tenemos una risa con una canción que compusimos en 2014 y un par de amigos se reían de nosotros, porque la primera parte empieza con un canto mío (un sonido sin letra) y ahora cada vez que la empiezo es como: “¡Oh, el clásico! ¡Chicos, van a tocar el clásico!” Se llama In front of my eyes (Enfrente de mis ojos) y da igual el tiempo que haya pasado: es tocarla y aunque es de 2014, parece que es de ayer, es súper guay.
Revista Mensual de Ocio y Cultura de Lanzarote –noviembre – 169


