Entrevista al historietista, Quique Palomo, autor, junto con el historiador, Ian Gibson de una novela gráfica sobre la vida del pintor Salvador Dalí. Noé Ramón
Quique Palomo: “Dalí era una persona con muchas máscaras, y tienes que irlas retirando poco a poco”
Quique Palomo, ilustrador y autor de cómic, reflexiona sobre su último proyecto junto a Ian Gibson: La vida incombustible de Salvador Dalí, una novela gráfica que explora la complejidad del pintor surrealista desde una perspectiva narrativa fragmentada, estética caótica y con fuerte carga documental.
El trabajo marca un punto de inflexión frente a sus anteriores biografías ilustradas de figuras como Federico García Lorca, Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez o Miguel Hernández, todos ellos autores represaliados o exiliados por el franquismo. En esta ocasión, se acercan a un personaje tan polémico como fascinante, cuyas contradicciones políticas y personales siguen generando debate.
Dalí, entre la máscara y el marketing
Para Palomo, enfrentarse a la figura de Salvador Dalí supuso un reto distinto:
“Resultó muy complicado acercarse a él y saber lo que realmente pensaba, porque miente muchísimo. Dalí usaba la provocación como estrategia. Más que franquista, diría que fue adaptativo”.
Sobre sus declaraciones más extremas, como las referidas a los fusilamientos de etarras en el ocaso del franquismo, el autor opina:
“Ahí se le fue la olla. Son frases inadmisibles que le trajeron muchos problemas”.
Una novela gráfica no lineal para un personaje imprevisible
La vida incombustible de Salvador Dalí se aleja de la cronología habitual para seguir una estructura fragmentada, fiel al estilo del artista. Según explica Palomo:
“El cómic mezcla ilustración, fotografía, recortes de prensa y collage. Queríamos reflejar a un Dalí que no sigue una lógica lineal, sino que aparece en forma de destellos, de excentricidades, de momentos desconcertantes”.
Este nuevo enfoque supuso también un cambio en su estilo artístico:
“Estéticamente, esta obra es mucho más diversa. No necesita una coherencia constante porque el personaje invita precisamente a romperla”.
El encuentro con Ian Gibson y el proceso de colaboración
Palomo destaca la importancia del vínculo con Ian Gibson, biógrafo de referencia de la literatura española del siglo XX, con quien colabora desde la adaptación gráfica de Vida, pasión y muerte de Federico García Lorca:
“Ian es exigente, pero muy flexible. Tuvimos que entender que el cómic no puede abarcar todo lo que ofrece un libro de 700 páginas. Aun así, ha valorado mucho cómo este formato permite llegar a nuevos lectores”.
La figura de Gala y la ternura final de Dalí
Una parte relevante de la novela se centra en Gala, esposa y agente de Dalí, a quien el pintor atribuye buena parte de su éxito.
“Gala fue el motor de su carrera. Lo introdujo en el surrealismo parisino y en el circuito artístico estadounidense. Aunque al final sus vidas se separaron, ella fue su gran impulso creativo”.
La obra concluye con una confesión inédita que Dalí hizo a Gibson poco antes de morir, en la que abordó su relación con Lorca:
“Dalí quería confesar que, aunque Lorca deseaba una relación carnal, él no se vio capaz de corresponderle. Es un cierre muy íntimo, una escena que dibujé con una atmósfera distinta, cargada de simbolismo”.
Dalí, entre la controversia y el reconocimiento
A pesar de su talento, Dalí ha sido una figura excluida de algunos círculos culturales, sobre todo por su cercanía al régimen franquista. Sin embargo, su popularidad permanece intacta:
“En su momento, su museo-teatro en Figueres fue ignorado por el mundo cultural. Pero exposiciones como la del Museo Reina Sofía en 2013 han demostrado que sigue generando fascinación”.
Próximos proyectos: ¿Buñuel en el horizonte?
Palomo no descarta una nueva colaboración con Gibson, esta vez centrada en Luis Buñuel:
“Es una posibilidad. Formó parte del mismo grupo de la Residencia de Estudiantes, y Gibson ya escribió sobre él. Sería una manera de cerrar el círculo”.