Las pequeñas y grandes cosas…
“Solo si nos detenemos a pensar en las pequeñas cosas llegaremos a comprender las grandes”, decía Saramago. Y es que Lanzarote puede parecer pequeña, árida e incluso desolada debido a su paisaje volcánico, pero al observarla detenidamente, se descubren numerosas formas de vida adaptadas a este entorno único: desde las plantas que crecen en las grietas de las rocas hasta las aves que anidan en los acantilados.
Los agricultores tuvieron que ingeniárselas con “pequeñas cosas” y con muy pocos recursos para sobrevivir y, al hacerlo, sin quererlo, crearon un paisaje único y espectacular, y no solo eso, sino que además concibieron unos caldos extraordinarios que en la actualidad generan mucha riqueza. Otro ejemplo es el mar que envuelve la isla, y que durante algún tiempo pudo suponer un aislamiento para sus habitantes. Paradójicamente, hoy, encierra una biodiversidad marina excepcional y unas aguas cristalinas que hacen el lugar perfecto, como destino, para la práctica del buceo y el snorkel, por ejemplo…
Esto es solo un ejemplo de que si analizamos minuciosamente cualquier pequeño e insignificante elemento podemos transformarlo en algo grande y positivo. Lanzarote es el ejemplo perfecto de resiliencia. Nuestros antepasados se tuvieron que enfrentar a muchos desafíos, sin formación ni experiencia, pero lograron desarrollar estrategias y soluciones para abordar cada problema.
Muchos retos quedan por franquear, pero cuán importante ha sido y será siempre la unión de las fuerzas para superar los obstáculos y para lograr objetivos más grandes. El apoyo, la colaboración, la búsqueda de un consenso son valores que siempre “suman” y es lo que nos ha hecho grandes en la vida. La política, la gestión pública debería moverse siempre bajo estos parámetros.
Ponemos en valor hoy un evento “extra-ordinario”, creado hace más de treinta años, en 1989: el Festival de Música Visual de Lanzarote, la perfecta armonía entre la música y el paisaje, o como bien predijo César Manrique: Arte y Naturaleza. Esta propuesta mereció en su día de importantes elogios y fue mucho más reconocida fuera de nuestras fronteras. En 2017, tras quince años de pausa, el área de Cultura del Cabildo de Lanzarote la volvió a rescatar y ojalá que no vuelva a interrumpirse más, pues supone una alternativa artística muy importante y singular que consolida a la isla como un destino cultural de máximo nivel.
Sí, Lanzarote ha creado muchas “grandes cosas” y también ha parido a “grandes personas”, exponentes extraordinarios de orgullo para la isla. Mereciera, hacerse un recopilatorio de estos genios y grandes figuras para que sean más conocidas y también reconocidas. Hoy, en nuestra sección de entrevistas, les presentamos otro prodigio isleño: Diego Barber, afable, positivo, humilde y, sobre todo, un músico excepcional.
La música y las artes en general tienen ese poder indescriptible y prodigioso para conquistar el alma, y por tanto, la felicidad.
No Comment! Be the first one.