Recuperar la tradición de lo hecho a mano
Un artesano es un hábil creador que utiliza sus manos como instrumentos de expresión. A través de su destreza y creatividad, transforma lo ordinario en extraordinario, tejiendo paciencia y pasión en cada obra, convirtiendo simples materiales en objetos cargados de significado y valor.
En un mundo saturado de prisa, es de recibo y, merece, sin duda, que la figura del artesano sea aplaudida, no solo por su profundidad y destreza técnica sino porque es capaz de fusionar tradición y modernidad; pasado y presente.
La artesanía está de moda. Es innegable. Más de una centena de artesanos participarán en la 34 edición de la Feria de Artesanía de Lanzarote y más de medio centenar se han tenido que quedar fuera al no disponer de mayor capacidad de aforo, (el eterno problema de la isla).
Si bien es cierto que, en la actualidad, han surgido nuevos perfiles profesionales, cada vez más creativos y vinculados a la actividad empresarial artesanal, la ley 3/2001, de 26 de junio, de Artesanía de Canarias, en su artículo 4, establece cuatro categorías, en función de su contenido principal: Artesanía tradicional, Artesanía artística, Artesanía de producción de bienes de consumo y Artesanía de servicios.
La histórica cantera de artesanos se ha ido renovando en diseño, creatividad y tecnología. La actividad de la artesanía en general parece que está en auge, goza de mayor atractivo y aceptación, pero son invisibles a efectos económicos. En la mayoría de los casos se accede a ella como mero hobby, viéndose caracterizada por el alto porcentaje de volubilidad, derivada de los escasos ingresos que, en muchas ocasiones, supone el ejercicio de esta actividad. Esto hace que un gran número de artesanos/as no se encuentren dados de alta en el I.A.E. ni en la Seguridad Social al no poderse dedicar por completo a esta actividad.
En la actualidad, el cumplimiento de la legislación artesana es de carácter voluntario. El alta en el Registro de Artesanos es voluntaria y no se necesita estar dado de alta para producir o vender productos artesanos. Pero el tema es que cuando se identifique un producto en el mercado como “artesano” y se ponga a la venta, le será de aplicación la legislación económica como a cualquier otra actividad económica.
Por otro lado, y en contraposición con los datos del auge de artesanos a nivel general, se percibe, lamentablemente, un notable retroceso con respecto al crecimiento de la “Artesanía Tradicional”, al menos en nuestra isla de Lanzarote.
Hoy por hoy, las únicas herramientas y facilidades que se ofrecen en esta isla, para garantizar la continuidad de la Artesanía Tradicional como oficio profesional, son unos pocos talleres que se realizan una vez al año con motivo del Día de Canarias y esta feria insular que se sigue desarrollando anualmente. Y, de hecho, en esta Feria de 2023, solo un 30% de los artesanos participantes representan oficios tradicionales.
Se trata pues de valorar, respetar y apreciar esta herencia patrimonial que cuenta con identidad propia. Es de justicia destacar su relevancia y categorizar sus productos como “obras singulares de alta gama”, creando mejoras económicas y sellos de excelencia diferenciadores para ennoblecer su posicionamiento en el sector y mantener así su legado; porque, al fin y al cabo, la Artesanía representa una huella imperecedera de creatividad y resistencia humana. Ecos de nuestra historia.
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