Botánico, maestro y referente: Lanzarote muestra su gratitud a Wolfredo Wildpret
“Probablemente es uno de los momentos más difíciles de mi vida, porque después de lo que he oído, de lo que he asimilado y de las lágrimas que me he secado con el pañuelo en unos momentos tan emotivos, me parece que estoy en otro mundo o en una especie de situación irreal”. Así reaccionó el reconocido botánico Wolfredo Wildpret de la Torre al homenaje que le rindió el pasado 28 de marzo la Reserva de la Biosfera de Lanzarote en el Convento de Santo Domingo.
El catedrático emérito de la Universidad de La Laguna, que fue miembro del Consejo de la Reserva de la Biosfera entre los años 1996 y 2009, no se esperaba este homenaje, que fue preparado con la “complicidad” de su mujer, Victoria Eugenia Martín Osorio, para reconocer sus aportaciones al conocimiento y conservación de la flora canaria y en particular a la isla de Lanzarote, donde ha sido durante décadas un valioso asesor y colaborador.
“En 2009, con motivo de su jubilación de las labores universitarias, fue condecorado con el Cangrejo de Oro del Cabildo de Lanzarote; y en 2016 fue designado Referente de la Biosfera; pero en esta ocasión se le ha querido brindar un acto que pusiera en valor toda su trayectoria y le mostrara la gratitud de la isla”, subrayaron durante la presentación del acto.
De hecho, además del galardón conmemorativo que le entregó la oficina de la Reserva de la Biosfera, el Ayuntamiento de Teguise también quiso sumarse a este reconocimiento y le entregó una distinción, mientras que el Cabildo le concedió la Medalla Pancho Lasso.
Rodeado de cariño
Amigos y colegas del mundo científico y académico acompañaron a Wolfredo Wildpret en este acto, desplazándose muchos de ellos expresamente a Lanzarote para asistir a esta cita. Y también lo hizo su familia, que tuvo una destacada participación. A través de un emotivo vídeo grabado con la voz en off de su nieta, sus familiares se sumaron a este homenaje con una mirada mucho más personal del protagonista.
Además, tras la inauguración oficial a cargo del consejero de la Reserva de la Biosfera, Samuel Martín, y de la concejala de Medio Ambiente de Teguise, Myriam Jorge Camejo, en el acto tomaron la palabra personas muy cercanas a Wolfredo Wildpret, la mayoría de ellos antiguos alumnos que después se convirtieron en colegas de profesión y en amigos.
“Muchas gracias, querido profesor, por tus enseñanzas, por tus sabios consejos, por el cariño y la amistad que me has brindado a lo largo de todos estos años, y muchas felicidades por este merecido homenaje”, destacó el biólogo, investigador y miembro del Gabinete Científico de la Reserva de la Biosfera, Lázaro Sánchez Pinto, que arrancó varias sonrisas del homenajeado y del público durante su intervención.
“Ha sido profesor y luego ha sido maestro, que no es exactamente lo mismo, porque hay muchos profesores que no son maestros. Pero es que además en algunos casos, como es el mío propio, ha sido un referente. Un referente dentro y fuera de la universidad”, añadió por su parte el biólogo y catedrático de Botánica Pedro Luis Pérez de Paz, que también subrayó que Wildpret les enseñó “a convivir entre discrepantes, a ser crítico pero constructivo”.
La Reserva de la Biosfera le dedicó un homenaje cargado de emoción, para reconocer sus aportaciones al conocimiento y conservación de la flora de Canarias y de Lanzarote
Mario Pérez coincidió en que, como antiguo alumno, tuvo “el privilegio de admirar no solo su vasto conocimiento, sino su forma única de transmitirlo”. Por su parte, el director del Jardín Botánico de La Orotava, Alfredo Reyes, recordó que Wildpret fue el director de sus tesis en la Universidad de La Laguna, y también se refirió a los proyectos que llevaron a cabo juntos, en especial en la isla de Lanzarote.
También tomó la palabra otra persona que compartió mucho tiempo con Wolfredo Wildpret en el Consejo de la Reserva de la Biosfera, Ramón Pérez Farray, que subrayó que “Lanzarote y toda Canarias le deben muchísimo”. Y en nombre de la Fundación César Manrique, de la que Wildpret ha sido asesor durante décadas, intervino la responsable del Departamento de Medio Ambiente y representante de la FCM en el Consejo de la Reserva de la Biosfera, Idoya Cabrera. “Nuestra institución se ha beneficiado de su sabiduría, de sus equilibrados consejos, de su libertad de criterio y de su alto sentido del bien común durante más de 30 años, desde que César lo nombrara miembro de nuestro Consejo Asesor”, señaló Cabrera.
Además, muchas otras personas e instituciones que no pudieron asistir al acto enviaron vídeos de saludo, felicitación y reconocimiento desde distintos rincones de Canarias e incluso desde fuera de España.
Un nuevo jardín canario
Antes de la ceremonia en el Convento de Santo Domingo, la Oficina de la Reserva de la Biosfera ofreció a Wolfredo Wildpret una visita privada a las cumbres de Famara para conocer de primera mano el proyecto de restauración de hábitats que se está llevando a cabo. “Les tengo que decir sinceramente que desde el punto de vista biológico, lo que he visto hoy es una auténtica joya de alto nivel”, señaló después Wildpret, cuando tomó la palabra tras el acto de reconocimiento. “Lo grande del caso es que casi todo el personal que está trabajando ahí han sido alumnos míos. Y todos me han recibido esta mañana con un cariño, con un fervor que me parece absolutamente increíble”, añadió.
Después, ya en La Villa de Teguise, el homenajeado asistió a la inauguración de un jardín canario en la plaza Camilo José Cela, impulsado en su honor con ejemplares de especies endémicas de las islas. Durante la gala se proyectó un vídeo del proceso de plantación, en el que intervinieron también antiguos alumnos suyos, y en el que colaboraron distintas entidades y asociaciones, como Arrecife Natura y Adislán.
Amigos, familiares y colegas del mundo científico y académico acompañaron a Wildpret, desplazándose muchos de ellos expresamente a Lanzarote para participar en este acto
“Hoy precisamente le decía a mi mujer que encontraba la isla más bella que nunca. No sé por qué, pero la encontré más bella que nunca”, confesó Wildpret cuando se le cedió la palabra en el Convento de Santo Domingo, después de disfrutar de una jornada repleta de sorpresas y emociones, que culminó con un brindis y con una actuación musical al timple y la guitarra de José Vicente Pérez y Adrián Niz.
En esa improvisada intervención, Wildpret compartió anécdotas personales sobre sus primeros contactos con Lanzarote y también recordó algunos de los proyectos de investigación que llevó a cabo en la isla, incluyendo el primero que realizó con su mujer, con quien no solo comparte la vida sino también la profesión.
Pero sobre todo, a sus 93 años, el homenajeado quiso transmitir su emoción y gratitud por este sentido reconocimiento. “Quiero agradecerles a todas y todos los que han contribuido a hacerme pasar este feliz momento, absolutamente increíble para mí. No encuentro más palabras que decirles: Estoy a su disposición mientras me quede un segundo de vida”.
¿Quién es Wolfredo Wildpret?
El Jardín Botánico de La Orotava fue testigo de los primeros pasos de Wolfredo Wildpret en el área que ha marcado toda su trayectoria. Tenía solo 16 años cuando empezó a trabajar allí junto a Eric Ragnor Sventenius. Después estudió Farmacia en la Universidad Complutense de Madrid -con premios extraordinarios de Licenciatura y Doctorado-, y gracias a una beca continuó su formación en Alemania, especializándose en la que ha sido su pasión desde niño.
En 1960 regresó a Tenerife y se convirtió en el primer profesor de Botánica de la Universidad de La Laguna, y también en una pieza clave para el desarrollo de la Facultad. Con más entusiasmo que medios en aquel entonces, participó activamente en la creación de la sección de Ciencias Biológicas y en los años siguientes contribuyó al desarrollo de nuevas asignaturas que hoy son un referente de la Universidad. Y a ella siguió vinculado tras su jubilación en 2003, cuando fue nombrado profesor emérito.
En su trabajo como investigador describió cuatro especies y más de 130 unidades de vegetación nuevas para la ciencia; participó en más de 50 proyectos de investigación; publicó más de 200 artículos científicos; escribió más de 150 ponencias para congresos nacionales e internacionales; y dirigió numerosas tesinas de licenciatura y tesis doctorales, tanto en la Universidad de La Laguna como en las universidades alemanas de Erlangen y Hannover, donde fue nombrado Doctor Honoris Causa en Ciencias Naturales.
Pero sobre todo, su trabajo ha sido decisivo en el estudio y protección de la vegetación de Canarias. Y es que Wolfredo Wildpret es más que un científico: es un un activo defensor del patrimonio natural de de las islas, lo que le llevó a participar en la fundación del colectivo ecologista ATAN, y también a alzar la voz cada vez que ha sido necesario, para denunciar los desmanes urbanísticos que atentan contra el territorio y la biodiversidad.
Un apellido suizo que lleva dos siglos dando nombre a la flora canaria
El apellido Wildpret evoca de inmediato una conexión con la flora de Canarias y el origen hay que buscarlo hace dos siglos con Hermann Wildpret, bisabuelo de Wolfredo Wildpret. Nacido en 1834 en Suiza, Hermann terminó recalando en estas islas gracias a su experiencia como jardinero. En medio de un contexto político convulso en Europa, recibió una carta que le ofrecía trabajar en Tenerife para un comerciante suizo. Así, en diciembre de 1856 llegó a la capital tinerfeña, donde echó raíces y formó su familia.
Tras un tiempo en Santa Cruz se estableció en La Orotava, donde desarrolló su actividad como jardinero y comerciante de granos, pero en 1860 se vinculó de manera fundamental con el Jardín de Aclimatación de Plantas de La Orotava, donde desempeñó el cargo de jardinero interino durante más de tres décadas.
A su llegada, el jardín contaba con una historia de intentos fallidos de aclimatación. Sin embargo, gracias a su eficaz gestión, el Jardín Botánico alcanzó un notable prestigio, llegando a ser bautizado entonces como la segunda maravilla de Tenerife, tras el Teide. Bajo su dedicación, el número de especies catalogadas se incrementó de 220 en 1860 a 2.486 en 1879, lo que testimonia su meticuloso trabajo de catalogación e introducción de especies.
Su compromiso trascendió la mera administración del jardín. Introdujo más de cinco mil variedades de plantas foráneas, transformando gradualmente el paisaje vegetal de Tenerife. Asimismo, identificó numerosas especies endémicas y promovió la exportación de flora autóctona. Su profunda conexión con el reino vegetal fue tal que el botánico español Ramón Masferrer lo describió como “el alma del Jardín Botánico”.
En reconocimiento a su labor, una de las plantas endémicas más emblemáticas de Canarias lleva su nombre: el Tajinaste rojo (Echium wildpretti). Esa fue precisamente la planta recreada para el galardón que le entregó el pasado 28 de marzo la Reserva de la Biosfera de Lanzarote a su bisnieto, Wolfredo Wildpret. Y es que al igual que su bisabuelo, Wolfredo ha dedicado su vida al estudio y la protección de la flora canaria. Y como su bisabuelo, también ha dado nombre a muchas plantas que fueron descritas y clasificadas por primera vez por él.