La obra rinde homenaje a dos seriales cinematográficos mudos, Los Vampiros (1915) y Judex (1916), dirigidos por Louis Feuillade
La propuesta artística aplica técnicas de inteligencia artificial al análisis de la imagen en movimiento, ofreciendo una visión crítica de la sociedad
Redes Ocultas: Imagen en Movimiento y Visión Artificial es una instalación de vídeo multicanal sin sonido que aplica técnicas de inteligencia artificial al análisis de la imagen en movimiento. La propuesta artística de Héctor Rodríguez se abre al público este sábado, 3 de julio y se podrá visitar hasta el 25 de septiembre, en el Espacio Cultural El Tanque.
La obra rinde homenaje a dos seriales cinematográficos mudos, Los Vampiros (1915) y Judex (1916), dirigidos ambos por Louis Feuillade. Mezclando el relato criminal con el melodrama folletinesco, el realizador francés muestra como la aparente respetabilidad burguesa descansa sobre sistemas de corrupción ocultos, y como el poder político y financiero se confunde con el subsuelo criminal, ofreciendo así una visión crítica de la sociedad que aún no ha perdido relevancia. El mundo de Feuillade está constituido por secretos y revelaciones, capturas y evasiones, trampas y luchas de poder, en un perpetuo fluir sin estabilidad ni descanso, donde priman la desconfianza, la impostura, y la sospecha.
El título Redes Ocultas tiene varios sentidos, según apunta el artista. “Las redes ocultas son, en primer lugar, las organizaciones criminales que dominan todo el cine de Feuillade y que son a la vez un espejo invertido y una parte integral del poder establecido. Otra red oculta es la sociedad moderna en su totalidad, que condiciona las circunstancias de los personajes”.
La inteligencia artificial se basa en redes neuronales ocultas, cajas negras que desde su opacidad e invisibilidad impactan cada vez más nuestra vida cotidiana en la era de la gobernabilidad algorítmica. Redes Ocultas quiere desviar el uso de estas redes hacia fines artísticos, así como desvelar su funcionamiento interno para fomentar la transparencia y autoreflexión tecnológica.
Feuillade es además un maestro de la puesta en escena y de la coreografía visual. Aprovecha plenamente el espacio en profundidad, desde el primer plano hasta el fondo de la imagen, para crear ritmos plásticos complejos e imprevisibles. En este sentido, destaca la primera secuencia de Los Vampiros, donde cuatro figuras se desplazan constantemente en un espacio interior filmado con cámara fija. Esta secuencia constituye el foco principal de esta instalación. Redes Ocultas tiene dos componentes. El primero consiste en cinco canales de vídeo sincronizados. El canal central muestra la secuencia inicial de Los Vampiros, que funciona como patrón para todo el sistema. Una red neuronal selecciona automáticamente otras secuencias dirigidas por el mismo realizador, donde las figuras se mueven de manera similar a las de la secuencia-patrón: en la misma dirección, con la misma velocidad, o con el mismo ritmo. Estas secuencias se pueden ver a la derecha e izquierda de la imagen principal.
Héctor Rodríguez detalla que, “a la hora de seleccionar secuencias, la inteligencia artificial no tiene en cuenta el tipo de objeto que se desplaza, ya sea persona, animal, o máquina, sino la naturaleza del movimiento en sí mismo. Para comprender la obra, el visitante debe identificarse con la red y tomar nota de las semejanzas puramente kinéticas entre las diversas secuencias. Como la red detecta movimientos muy sutiles, que un observador humano no siempre perceptible fácilmente, todas las secuencias han sido ralentizadas utilizando otra red neuronal. Esta lentitud extrema permite al espectador prestar atención al movimiento cada imagen y aprender así a ver el fenómeno cinematográfico a través de la mirada impersonal de los algoritmos. Para guiar la visión del público, las zonas menos relevantes de cada fotograma han sido levemente oscurecidas gracias a una tercera red neuronal que modela la atención visual”.
El segundo componente de la instalación consiste en tres canales de vídeo, también sincronizados, que desvelan como una de las redes neuronales utilizadas en la producción de esta instalación analiza la secuencia-patrón. Además se han seleccionado ocho imágenes de cada matriz, y de cada una se han tomado dos secciones espacio-temporales, una horizontal y otra vertical, que visualizan la progresión rítmica de la película original, tal y como es interpretada por la red neuronal. La red utiliza precisamente estas relaciones para comparar y seleccionar secuencias de Feuillade y así producir el primer componente de la obra.
Héctor Rodríguez (Las Palmas de Gran Canaria, 1966) utiliza técnicas de visión artificial y aprendizaje automático para analizar la imagen cinematográfica. Ha sido galardonado con el premio al mejor vídeo digital en la Bienal de Arte de Hong Kong por Res Extensa así como el Achievement Award del Hong Kong Art Development Council por su instalación Gestus: Judex, que además ha sido Selección Especial del Jurado del Japan Media Art Festival. Ha expuesto en la Galería Saatchi de Londres, en la bienal de arte y nuevos medios WRO de Wroclaw, en el Museo Nacional de Ciencia Gwacheon de Seúl, y en festivales de arte y tecnología como ISEA. Es Doctor en Estudios Cinematográficos por la New York University.
Dirección técnica y artística: Héctor Rodríguez; Programación: Sam Chan, Tam Kai Fung, Héctor Rodríguez; Asesor matemático: Felipe Cucker; Producción: Linda Lai, Writing Machine Collective Comisario: Carlos Díaz-Bertrana; Montaje exposición: Simone Marín; Coordinación: Estefanía Bruna
No Comment! Be the first one.