Hace muchísimo tiempo que el ingenio creador humano ideó diferentes maneras de comunicar mensajes a media y larga distancia, allá donde la voz (ni siquiera el grito) es capaz de llegar. Señales de humo, sonido de tambores… pero hay una que no necesita elementos ajenos al cuerpo humano: el lenguaje silbado. Y es que el silbo es el sonido más intenso que una persona puede realizar utilizando únicamente su cuerpo (soplo, lengua, labios y, opcionalmente, dedos), emitiendo a más de 100 decibelios. Esto ha facilitado enormemente la comunicación entre miembros de sociedades que habitan lugares de tránsito complicado, generalmente de zonas montañosas o boscosas, en épocas donde la tecnología no había aún suplido esta función.
Ya que ese ingenio creador es común en la especie humana, era lógico suponer que este sistema de comunicación por silbos se presentase en muchos lugares, sustituyendo por medio de silbos articulados las lenguas de cada comunidad portadora. Así, se ha registrado una cantidad cercana a 80 lenguas, lenguas que son o han sido silbadas. Desgraciadamente, el avance de las tecnologías, pero sobre todo el abandono de las actividades tradicionales del mundo rural, ponen en peligro la supervivencia de esta singular manifestación cultural.
Curiosamente, la tecnología, que robó al silbo el peso que antaño tenía, facilitó algo que la situación actual de emergencia sanitaria por pandemia de Covid-19 no iba a permitir: acercar diferentes comunidades silbadoras. La Asociación Cultural y de Investigación Yo Silbo, referente de la investigación, enseñanza y difusión del lenguaje silbado en Canarias, organizó el pasado 21 de abril el I Encuentro Virtual Internacional con los lenguajes silbados del mundo, con la intención de poner en contacto a silbadores, investigadores y difusores de los más lejanos lugares. Por delante, unos objetivos comunes: darse a conocer, comentar el estado del lenguaje silbado en cada lugar, y trazar líneas comunes que faciliten la conservación y revalorización de este fenómeno.
Para este primer encuentro, fueron invitadas a participar las siguientes personas, que hablarían sobre la situación del lenguaje silbado en su lugar de origen y las medidas de revalorización que se están llevando a cabo:
CANARIAS
Eugenio Darias Darias (La Gomera)
José Gavilán López (El Hierro)
David Díaz Reyes (Tenerife)
Raúl Martín Almeida (Gran Canaria)
FRANCIA
Theodose Peyrusque (Pirineos)
Julien Meyer (Alpes)
MARRUECOS
Fátima Zahra Salih (Atlas)
Mustaphá Ouhmad (Atlas)
MÉXICO
Eloy García (Oaxaca)
GRECIA
Panaiotis Tsanavaris (Evia)
ALASKA
Karen Pungawiyi
Conocer el estado del uso de lenguaje silbado de un lugar es conocer, en parte, el estado de conservación de los usos y costumbres tradicionales en general. En un mundo donde la idiosincrasia se diluye a pasos agigantados, este tipo de eventos y sus conclusiones suponen acto de inconformismo y dignidad. La Asociación Yo Silbo manifiesta haber quedado muy contenta con el resultado, y considera que es un gran paso en el camino de la revalorización de este apasionante sistema de comunicación. Asimismo, confía en que este haya sido el primero de muchos encuentros virtuales, y que pronto las circunstancias permitan que, tanto sus clases, que se han desarrollado de manera presencial por más de una década (y este año se realizan de manera virtual), como dichos encuentros, no sean únicamente telemáticos, sino que puedan realizarse también de manera presencial.
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