La Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, a través de la Gerencia de Servicios Sanitarios del Área de Salud de Lanzarote, ha celebrado el I Encuentro de Cuidadores de Lanzarote, que bajo el lema La experiencia de cuidar: cuidamos contigo, se ha querido concienciar sobre la importancia del cuidado del usuario y de las atenciones que deben prestar los cuidadores para mejorar la calidad de vida de las personas con algún grado de dependencia.
Esta actividad, que ha contado con la colaboración del área de Bienestar Social del Cabildo de Lanzarote, fue inaugurada por el director del Área de Salud de Lanzarote, Erasmo García y la consejera del área de Bienestar Social, Lucía Tejera, quienes estuvieron acompañados por el gerente de los Servicios Sanitarios del Área de Salud, Raúl Otín, la directora de Enfermería y Médica de Atención Primaria, Victoria Estevez y Aniuska Sutil.
Un centenar de personas asistieron a la primera jornada en la que se abordaron charlas tan interesantes desde múltiples perspectivas como las ofrecidas por Silvia Camino, psicóloga del Hospital Insular de Lanzarote sobre el autocuidado del cuidador, así como la experiencia de cuidar a cargo de Victoria Estevez o la de María Hernández en el ámbito del cuidador informal.
Una jornada que también profundizó en los aspectos bioéticos del cuidado, las pautas y limitaciones del esfuerzo terapéutico a cargo de Elisa Corujo, geriatra del Hospital Molina Orosa. La geriatría y los cuidados progresivos y los recursos existentes para las personas mayores en Lanzarote fueron expuestos por parte de Domingo de Guzmán Pérez, director médico y también geriatra del Hospital Insular; donde también la risa como terapia ocupó un espacio divulgativo gracias a la charla de Sandra Romero, enfermera gestora de casos de Atención Primaria.
El primer encuentro de cuidadores de Lanzarote concluyó con la conferencia ofrecida por Rafael Santandreu, psicólogo y autor de “Ser feliz en Alaska”, quien expuso pautas sobre cómo ser feliz en las labores del cuidado a personas dependientes, donde manejar las claves emocionales son fundamentales para disfrutar y convertirlas en una fuente de aprendizaje y crecimiento continuo.
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