Unidos por Lanzarote y La Graciosa (UPLG) lleva denunciando la afición a la falta a la verdad del alcalde de Teguise, Oswaldo Betancort, desde mucho antes de esta legislatura.
Pero las mentiras tienen las patitas muy cortas y resulta lamentable comprobar como gran parte del municipio de Teguise relaciona a su alcalde de Coalición Canaria (CC) y a su grupo de gobierno con las mentiras y la dejadez.
La última, pero no por ello nueva, es la sempiterna historia de los esqueletos de Costa Teguise. Betancort y compañía están enquistados con este tema y, más aún si cabe, con las mentiras de los últimos días de su máximo mandatario. No solo llevan varias legislaturas vacilando a la población mientras venden un enclave turístico venido a menos en sus manos, no solo han prometido más de la cuenta, como siempre, cuando llegan las elecciones, con concursos artísticos sin sentido y no nacidos, además, lo han aderezado con mentiras pero la ciudadanía del municipio de Teguise ya no les cree, hartos de tanta mentiras y promesas incumplidas.
Anclados en los sillones durante varias legislaturas, aún osan seguir diciendo que nada pueden hacer al respecto cuando es vox populi que la Justicia no solo ha hablado al respecto sino que está amenazando al gobierno de Teguise con multas en caso de no aplicar las sentencias de derribo sobre uno de los esqueletos de Costa Teguise, cercano a la residencia de La Mareta.
Más de seis años hace que la Sección Segunda de la Sala de lo Contencioso Administrativo del TSJC se volvió a dirigir a Betancort para pedirle explicaciones, dados los años transcurridos, sobre “los motivos del incumplimiento” de la sentencia dictada, nada más y nada menos que ocho años antes. Y ahora, en el 2022, el TSJC, amenaza al alcalde con multas coercitivas de 1.000 euros mensuales que tendría que abonarlas de su patrimonio personal hasta que cumpla lo acordado por el Tribunal.
Un ejemplo más, del pasotismo y la dejadez con las que el grupo de gobierno de Teguise ha tratado desde hace una década al municipio de Teguise. Promesas incumplidas, mentiras y el anhelo de acabar en Cabildo y Gobierno de Canarias, esa va a ser la lastimosa herencia de Oswaldo Betancort y sus compañeros de Coalición Canaria en Teguise.
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