Coordinador del Gabinete Científico de la Reserva de la Biosfera de Lanzarote
“En un mundo irresponsable con lo obvio, ¿cómo vas a preocuparte por lo que no puedes ver?”
Aquilino (Quino) Miguélez estudió Biología Ambiental en la Universidad Autónoma Madrid y lleva 31 años trabajando con Reservas de la Biosfera. Empezó formando parte de la Red Española de Reservas de la Biosfera, entre 1993 y 1997, hasta que conoció Lanzarote, se dejó atrapar por su magia y ya no se marchó.
Actualmente es coordinador del Gabinete Científico y del Observatorio de la Reserva de la Biosfera de Lanzarote, donde lleva trabajando 27 años, y sus prioridades siguen siendo las mismas: “La defensa de la cultura insular, mostrar el arraigo y autolimitaciones que el pasado ofrece y apoyarse en la creatividad de generaciones anteriores para imaginar un futuro distinto y mejor”.
En cuanto a los retos para el futuro, subraya que la mejora del transporte público sigue siendo una deuda pendiente en la isla, a la que ahora se suma el problema de la vivienda. Conseguir más recursos para el medioambiente es otra de sus batallas, y por supuesto el tema del agua, en todas sus vertientes.
Ahora, la Reserva de la Biosfera de Lanzarote está volcando sus esfuerzos en concienciar a la población sobre el peligro que supone el agua embotellada en plástico, por el daño que causa al medio ambiente y por los riesgos que entraña para la salud.
Precisamente este fue uno de los temas que se abordaron en la quinta edición de la Conferencia Internacional Micro 2024, que entre el pasado 23 y 27 de septiembre reunió en la isla a cientos de expertos de todo el mundo, para compartir y difundir conocimientos e investigaciones sobre el efecto de los microplásticos y sus peligros. Por desgracia, el final de esta cita se vio empañado por la trágica muerte de uno de los integrantes del Comité Científico que organiza esta Conferencia, el reconocido oceanógrafo Juan Baztán, tras sufrir una caída en la Casa de los Arroyo.
Como técnico de la Reserva de la Biosfera y como integrante también de ese comité organizador, Quino Miguélez ha compartido muchos años de trabajo con Baztán; y cree que su nombre debe quedar ligado para siempre a Lanzarote y a la lucha para eliminar los microplásticos de los ecosistemas planetarios.
Redacción Mass Cultura
Es inevitable comenzar esta entrevista hablando de la trágica pérdida de Juan Baztán. ¿Qué ha supuesto este suceso para la familia que forma la Conferencia Internacional Micro?
La conmoción inicial por su fallecimiento repentino dio paso al reconocimiento claro de su papel en esta y anteriores citas Micro, junto a Bethany Jorgensen. El fallecimiento trágico ha reforzado el compromiso personal y del grupo científico. La labor previa, y el dolor mostrado por el personal que proveía los servicios del congreso, de la empresa Spínola, de Publigestión Canarias y de Hi-Vision, también es prueba reconfortante de que somos humanos.
La Conferencia llegó a concluir, y además con éxito, gracias entre otras cosas al trabajo que Baztán había hecho. ¿Qué mensajes destacaría de esta cita?
Dos redes distintas han mostrado la potencia del trabajo compartido: reservas de la biosfera y la asociación Marine Sciences For Society, que reúne a investigadores marinos de múltiples entidades. Desde 2009, y con las sesiones Micro en 2016, 2018, 2020, 2022, y la sesión presencial de este año 2024, se ha colaborado para desvelar efectos inesperados del uso banal del plástico. Juan y Bethany, de hecho, el propio viernes, decían que el vocablo ‘comunidad’ describía el objetivo alcanzado.
Este año se había incluido por primera vez una sala de exposiciones, Voces del Territorio, para acercar esta conferencia científica a la población de la isla. ¿Están satisfechos con la aceptación que ha tenido?
Nos parece un gran logro, que merece perdurar algún tiempo más; y merecen atenderse las sugerencias de que ese contenido, adaptado, se exponga en otras islas de Canarias. La sociedad de Lanzarote ha mostrado gran activismo en años pasados, y la sala despliega ‘artivismo’, como le gusta definirlo a Goñi. La Sala Voces del Territorio es un buen ejemplo y resumen de más de diez años, durante los cuales la preocupación social por nuestras playas desembocó en un despliegue de creatividad, compromiso y dinamismo, que se simboliza en la sala, abiertos a dialogar con la Ciencia.
Uno de los temas que se pusieron sobre la mesa tiene que ver con el plástico del agua embotellada, que es algo en lo que ya vienen trabajando desde la Reserva de la Biosfera. ¿Cree que está calando el mensaje para cambiar la mentalidad y que los lanzaroteños confíen en el agua del grifo?
Nos va a costar, porque lo tenemos muy metido en la cabeza. Pero si lo piensas, y lo comentamos estos días, se van dando pequeños pasos. Para acelerar el proceso social, estamos hablando con las personas responsables de las sociedades tradicionales que perviven en Arrecife. Creemos que estas entidades señeras, como Democracia, Torrelavega, Casa del Miedo o Casino, pueden ser valedoras de lo que dice la ley sobre la potabilidad del agua del grifo, porque disponemos de ella en casa tras su producción, distribución y análisis sanitario, y eso lo vigilan personas de Consorcio, Canal Gestión y Salud Pública.
“La conmoción inicial por el fallecimiento repentino de Juan Baztán dio paso al reconocimiento claro de su papel en esta y anteriores citas de la Conferencia Internacional Micro”
¿Qué le diría a la gente que desconfía por el sabor o el color que puede tener el agua del grifo, especialmente en algunas zonas?
En origen no se instalaron en la isla ‘puntos de purga’, que permiten evitar que el arreglo de las averías introduzca tierra en las tuberías de las casas vecinas. En cuanto al sabor, es cuestión de costumbre, no es parte de la condición de potabilidad. Y voy encontrando más y más gente que bebe el agua del grifo y no ha enfermado nunca. Por citar un ejemplo, recuerdo haber percibido en Borneo, aún no había nacido mi hijo y hoy tiene 32 años, en un mercado popular nocturno, un olor extraño, desagradable, que procedía de un puesto de fruta donde la población local se agrupaba mucho, atraída por ese aroma dulzón. Estudiar biología nos motivaba a acercarnos. El Durián es una fruta grande, de uno a dos kilogramos… Dada nuestra curiosidad, el vendedor nos ofreció una porción de la pulpa e hice un esfuerzo por comer algo que no podía paladear, porque traté de tragar aquello cuanto antes. Me volví a acordar de aquello cuando el pasado diciembre, desde el ITC, Baltasar Peñate me decía: “Piensa en los quesos, es leche fermentada, con hongos, de olores extraños, pero aceptamos comerlos”.
¿Los filtros pueden ser una solución?
Pueden serlo para atreverse inicialmente a beber el agua del grifo en casa. El siguiente paso sería eliminar el filtro, y acostumbrarse al sabor del agua en tu zona. María Luisa Pita dijo en Lanzarote el 5 de junio que es mejor no depender de filtro alguno, en edificios de uso público, porque es fácil olvidarse de cambiarlo, y eso introduce riesgos sanitarios.
Con la cultura del agua que ha habido históricamente en Lanzarote, llama la atención que se esté descuidando el mantenimiento de los aljibes de las casas o de las propias tuberías, que también pueden ser parte de esos problemas…
Porque aceptamos la fe en el consumo, pagando por cada vaso de agua, en vez de valorar y defender el bien común que representan los grifos en cada casa. En vez de que la propiedad de cada edificio se responsabilice de mantener la salubridad del agua que llega a la acometida, pagamos y acarreamos kilos y kilos de agua envasada en plástico. Por eso hemos pedido al Consorcio del Agua que establezca la obligación de revisión anual o bienal de aljibes y tanques de azotea en cada edificio.
El pasado 5 de junio ya colaboraron en una jornada del proyecto Más grifo es menos plástico, que entre otras cosas tiene como objetivo crear nuevas fuentes de agua en colegios e institutos. ¿Saben cuántos centros cuentan ya con esas fuentes?
Las escuelas rurales pretenden instalar fuentes en todos sus centros, que son 13, si bien dos ya cuentan con ello y las están usando. El CIFP Zonzamas cuenta con una fuente en la entrada y está estudiando la instalación de tres más, una por planta del centro. Y el IES de Altavista ya tiene también dos fuentes a disposición del alumnado para que rellenen sus botellas.
“Aceptamos la fe en el consumo, pagando y acarreando kilos y kilos de agua envasada en plástico, en vez de valorar y defender el bien común que representan los grifos en cada casa”
Da la sensación de que los niños y los jóvenes son más sensibles con los temas medioambientales, y muchos han sido claves en sus propias casas defendiendo por ejemplo la necesidad de reciclar. ¿Esperan que con el consumo de agua del grifo ocurra lo mismo?
Aquí es de justicia social reconocer a la pluralidad de profesorado y centros que quieren intentar que la nueva generación, escolares hoy, entiendan que es mejor confiar en el grifo que nos une, que disponer de dinero para una u otra marca comercial de agua envasada en plástico.
El investigador Rayco Guedes, que también ha participado en Micro, explica que las aguas potables preparadas son equivalentes al agua que sale del grifo, con la diferencia de que el agua embotellada presenta una importante cantidad de micro y de nanoplásticos. ¿Por qué cree que recelamos del agua del grifo, pero sin embargo ese riesgo real parece que no nos preocupa?
Lo común, lo que es de toda la sociedad, no gasta en publicidad. Hoy hay muchos medios y mucha inteligencia puesta en convencernos de que pagar, consumir a todas horas, es lo correcto. Y también nos han convencido de que tirar a la basura, o al suelo, los envoltorios y envases, o las colillas de tabaco, está bien, no es nuestra responsabilidad. En ese mundo irresponsable con lo obvio, ¿cómo vas a preocuparte por lo que no puedes ver?
Los estudios que ya hay sobre la mesa sobre el efecto de los microplásticos en el cuerpo humano son preocupantes, aunque siguen siendo incipientes. ¿Falta compromiso internacional en esta investigación? ¿A qué se debe?
Lo interesante del momento actual es que la Unión Europea ya legisló, España traspuso en 2023 el compromiso de promover el consumo de agua del grifo, para evitar daños a la salud humana. Hay que elegir: las tuberías son de polietileno o PVC, las botellas de plásticos se fabrican con alguno de los 40 polímeros disponibles, y pueden contener varios de los 14.000 aditivos químicos que la industria puede emplear. Hay sospechas sobre la salud humana por parte de 2400 aditivos distintos. Es impresionante la aportación científica que ha reiterado en Lanzarote el equipo de Martin Wagner; y que María Luisa Pita resaltó en nuestra isla el 5 de junio.
Reconocimiento a tres mujeres clave para la ciencia y la economía
De la V edición de la Conferencia Internacional Micro, Quino Miguélez destaca el justo reconocimiento que han hecho a tres mujeres que desempeñaron un papel clave en el mundo de la ciencia y la economía: Donella Meadows, Elinor Ostrom y Lynn Margulis. Una manera de poner en valor a estas tres profesionales, pero también lo que la visión femenina aporta y ha aportado a la ciencia y a la historia.
Donella Meadows fue coautora en 1972 del Informe del Club de Roma: Los límites del crecimiento, que alertaba de la inviabilidad de seguir creciendo del modo que lo hacíamos en el siglo XX, lo que conecta con la visión que tienen desde la Reserva de la Biosfera: “Las consecuencias de este prolongado afán histórico de crecimiento y consumo masivo en un mundo de conexiones complejas, donde todo está relacionado con todo, se materializan hoy en crisis climática, sexta extinción de especies y emergencias sucesivas”.
En cuanto a Elinor Ostrom (1933-2012), nacida en una familia humilde de Los Ángeles, fue la primera mujer en recibir el premio Nobel de Economía, en el año 2009, por las investigaciones que realizó junto al economista Oliver E. Williamson sobre la “gobernanza económica de los bienes, especialmente los comunes”.
En esa investigación, Ostrom expone cómo las necesidades básicas pueden ser cubiertas en el ámbito local, sin depender de empresas privadas ni economías centralizadas. Sus trabajos documentaron docenas de casos de gestión colectiva exitosa de bienes como el agua, la pesca, los bosques o la tierras de pastoreo por parte de las comunidades locales de usuarios, que contradicen el pensamiento económico imperante entonces y ahora, que aboga por la gestión estatal o la privatización como la única forma de evitar la sobreexplotación y la desaparición de los recursos.
Por último, Lynn Margulis (1938-2011) fue una científica estadounidense, considerada como una de las biólogas más importantes del siglo XX. “Renovó la teoría de la evolución de las especies, mostrando que la cooperación estrecha, la simbiosis, es parte importantísima de ella. Nuestra cultura actual se basa en el individualismo egoísta, invisibilizando otras opciones culturales que permanecen en la sociedad”, destaca Miguélez. Margulis nunca dejó de intentar demostrar sus teorías sobre la evolución, hasta el punto de morir trabajando en su laboratorio, en noviembre de 2011.