Vivimos en un tiempo frenético y escurridizo de cambios constantes, vivimos en una era visual en la que se tiende a pensar que si cualquier acción no tiene un efecto positivo inmediato, no merece hacerse. Necesitamos movernos deprisa y ser eficientes, todo lo que sea disfrutar pausadamente de algo y relajarnos es anti producente y del todo insubstancial. Y es del todo lógico, si nos dormimos en los laureles pasarán por encima de nosotros un completo ejército de personas cualificadas, nos quedaremos atrás, perderemos nuestros trabajos y, con los bancos que tenemos, quién sabe qué más.
Eso es lo que nuestra sociedad refleja, pero se nos escapa un pequeño detalle. Nos olvidamos de que las personas no somos robots diseñados para producir y consumir. Tenemos la necesidad pasional de relacionarnos con el mundo, vivir y descubrir, queremos amar y odiar, sentimos la necesidad de defender nuestros ideales y sobre todo conocer lo que aún no conocemos.
La industria de la literatura, en un intento de no caer en el olvido, ha desarrollado nuevos sistemas de lectura más rápidos y cómodos que los libros tradicionales. Ya seas los sistemas eBook o ePub. Mientras que los escritores han desarrollado nuevos métodos de narración cada vez más cortos. Como por ejemplo los relatos cortos o los microrelatos, los cuales exigen un compromiso temporal relativamente corto por parte del lector procurando que el planteamiento de las historias o sus descripciones no nos absorban nuestro preciado tiempo.
Aun así, muchas personas siguen prefiriendo los libros de papel, por su encanto, antes que los archivos digitales y siguen teniendo la necesidad de historias que no terminen recién empezadas ni que les hagan sentir que la experiencia les ha sabido a poco.
Yo personalmente, considero que soy una de esas personas. Siento que no tengo tiempo para devorar todos los libros que me gustaría, pero necesito historias que sacien mi necesidad de entretenimiento y por ello, a la hora de escribir, busco transmitir la información sin descripciones barrocas, siempre intentado crear un clima de dinamismo. Consiguiendo unas escenas vivas sin necesidad de grandes descripciones, unas novelas más cortas, pero sin dejarte con la miel en los labios y sobretodo unas experiencias que hacen que nos olvidemos del reloj y recordemos lo que era disfrutar de una buena historia.
Soy un escritor joven, aún no he cumplido los veinticinco años, pero no me cuesta imaginar que los que irán llegando de mi generación escribirán novelas de este tipo. A ellos, les presto el término “Novelas de fantasía visual”, úsenlo con prudencia. ¿Y al resto qué les digo? ¡Ustedes, a disfrutar!
Jorge Cáceres, escritor
No Comment! Be the first one.