Directora y creadora de Diversos
“Espero que el público vaya a ver La danza de Lunja y sus sombras abierto a ver cosas nuevas y a emocionarse”
El Teatro Víctor Fernández Gopar “El Salinero” acogerá el próximo 28 de septiembre el estreno de la nueva propuesta escénica original del proyecto Diversos Invisibles, que regresa dos años después de su exitoso debut. Ahora, con “La danza de Lunja y sus sombras”, el objetivo vuelve a ser el mismo que marcó “Raíces”: visibilizar a través de la danza inclusiva todo lo que las personas con diversidad funcional pueden aportar.
La iniciativa surgió de la bailarina Celia Medina, directora y creadora de Diversos, que empezó a apostar por la danza inclusiva en su academia, Studio Danza Emocional. Después, decidió llevar esa idea más allá, y así nació este proyecto, que es diverso en el más amplio sentido de la palabra.
El equipo que lo conforma incluye a personas con y sin diversidad funcional, pero tampoco hay límite de edad: tienen cabida desde niños, la más pequeña de 10 años, hasta veteranos que superan los 50. Y une a profesionales, semiprofesionales y amateurs en una misma aventura, que esta vez lleva nombre bereber de mujer: Lunja (pronunciado Lunia).
Diversos es, ante todo, una fusión de lo cultural y lo social. Su magia está en lo que supone para los chicos y chicas que reciben esta oportunidad de expresarse a través de la danza; y también en lo que puede transformar la mirada del público. Porque “Lunja y la danza de las sombras” invita a buscar más allá de las apariencias y a descubrir la verdadera esencia de las personas.
“Siempre me gusta decir que todos somos diversos. En el equipo hay personas con mayor dificultad de movimiento, o con mayor dificultad en el habla, pero no les pongo etiquetas. Igual que cualquiera de nosotros y del resto del equipo, todos tenemos nuestros más y nuestros menos, y se trata de adaptarnos unos a otros”, subraya Celia Medina. De hecho, si algo destacan todos los miembros del proyecto, formado por más de 40 personas, es lo que les aporta a nivel personal.
Ahora, ultiman los preparativos del estreno de su segundo espectáculo, cuyas entradas ya están a la venta para su puesta de largo en “El Salinero”. Después pasarán por todos los municipios de la isla, gracias a que en esta edición han conseguido el apoyo no solo del Cabildo, sino también de los siete ayuntamientos.
Redacción Mass Cultura
¿Qué esperan de esta segunda edición del proyecto?
Pues realmente, el fin del proyecto es hacer reflexionar a la gente, y nos incluimos nosotros también, sobre la diversidad. Porque la normalizamos y creemos que todas la aceptamos cuando lo ponemos fuera, pero cuando lo ponemos dentro, cuando lo vivimos cerca, es cuando nos damos cuenta de que aún hay que hacer trabajo con esto. En esta segunda edición, en el espectáculo también trabajamos con niños y adolescentes sin diversidad funcional, porque queremos llevar este trabajo sobre todo a la infancia. Si construimos en los niños esta mirada de integración, de inclusión y de diversidad, quizás dentro de unos años tendremos unos adultos más inclusivos.
Para la primera edición hicieron un casting simbólico en Adislan, en el que seleccionaron a todos los que participaron. ¿Cómo ha sido ahora la selección? ¿Se ha mantenido el mismo equipo?
Sí, todos se mantienen y ahora mismo son unos 10 chicos con diversidad funcional. Algunos a lo mejor no querían seguir bailando, pero siguen en contacto con nosotros, y la mayoría sigue en esta segunda edición. Y luego este año hemos incorporado a los niños y adolescentes, y el equipo profesional también hemos tenido que ampliarlo, porque cada vez somos más y necesitamos más apoyo y más recursos para mantener al equipo.
¿Los nervios del estreno son los mismos de la primera vez, o hay más seguridad tras la buena acogida que tuvo Raíces?
Pues tiene una parte de que estamos más seguros de alguna forma, porque cuando comenzamos este proyecto, evidentemente, no sabíamos a dónde íbamos. Era la primera vez, por eso también recurrimos a Adislan, para que nos pudieran ayudar a trabajar con los chicos, pero al final te das cuenta de que lo más fácil es trabajar con ellos y lo más difícil es toda la gestión de la parte de la producción, de mover a tanta gente… Eso es lo más difícil. Lo más fácil del proyecto es lo que en un principio parecía que iba a ser más difícil, porque con ellos es una maravilla. Tienen una capacidad de retención y de memoria brutal, siempre están súper dispuestos, tienen una energía que es una pasada.
Con el primer espectáculo hicieron después un documental. ¿En esta ocasión también se ha documentado todo el proceso?
Sí. Tanto en la primera edición, que se hizo en 2022, como en ésta, hay tres fases. Una primera fase de creación, de cohesión de grupo, de mucho trabajo de relacionarnos, de conocernos y trabajar esto. Luego lo que es la creación del espectáculo y finalmente la puesta en escena, que en este caso esta edición la vamos a llevar a todos los municipios de la isla y estamos muy contentos con esto también, porque ha habido mucho apoyo por parte de los municipios y por supuesto del Cabildo, y luego se hace el estreno del documental. Nosotros llevamos desde febrero, aproximadamente, trabajando en esta segunda edición, y se ha ido recogiendo todo lo que vamos viviendo, las experiencias, los ensayos, incluso fiestas que alguna vez hemos hecho, que es importante también por las familias de los chicos y de todo el equipo, que al final están de alguna forma implicados, y esto es bonito también vivirlo. Entonces, se recoge todo y luego se hace el estreno del documental.
¿Cómo recuerda ahora el nacimiento de Diversos y cómo ha evolucionado desde su creación?
Se inicia con una idea mía, pero es un trabajo de equipo. Siempre digo que vas uniéndote con diferentes profesionales y diferentes personas y todo va creciendo. Se inicia con una semillita y al final se ha convertido en un árbol precioso, de diferentes personalidades, de diferentes formas… Esto refleja que muchas veces creemos que los límites los tienen ellos, y al contrario, te das cuenta de que los límites los tenemos nosotros, nos los ponemos nosotros. Aprendes muchas cosas con ellos, vives mucho amor. Sales de los ensayos y estás totalmente lleno de amor y también de juicio, de conocer a las personas por quiénes somos, no por ponernos etiquetas. Esto muchas veces ponerlo en palabras es complicado y hay que vivirlo, y por eso lo documentamos. Hay una parte que vivimos como profesionales que están dentro del equipo, y luego en los escenarios hacemos esta reflexión hacia fuera. En este caso, a través de “La danza de Lunja y sus sombras”, que creemos que va a ser muy chulo para los espectadores y esperamos que pueda mover como pudo mover el primer espectáculo.
“La danza tiene una herramienta muy terapéutica. A veces nos cuesta expresarnos con palabras y expresarnos en movimiento puede ser más fácil”
¿Y de dónde surgió su inquietud por esta realidad, primero desde su escuela de danza y después impulsando el proyecto Diversos?
Pues es un tema más bien personal. Al final, cuando nos dedicamos a la danza, tenemos muchas áreas por donde seguir. A mí me encanta toda la parte de la educación, la pedagogía y la terapia, especialmente con los niños. Por eso en mi escuela trabajamos un poco desde aquí. Al final uno tiene más empatía o menos, o le gusta más o menos, y yo tengo una sensibilidad con el tema de la diversidad funcional. Y me apetecía hacer un trabajo social que pudiera, a través de la danza, llegar a las personas e influir de alguna forma en esta reflexión de que hay que hacer un gran trabajo todavía por delante.
¿Pero tenía algún conocimiento directo, por alguna persona cercana?
Sí, sí, también es el caso. Yo soy bailarina profesional, pero la danza también tiene una herramienta que creo que se está empezando a descubrir ahora, que es muy terapéutica. Al final es una forma de expresarte, porque muchas veces nos cuesta ponerlo en palabras y expresarte en movimiento quizás nos puede ser un poco más fácil. Cada vez hay más gente que se da cuenta del trabajo que hay que hacer con el cuerpo, no solo con la mente, y con esta idea empezó todo esto. En la escuela también trabajo con diferentes niños y es enriquecedor ver el proceso a nivel de memoria, de psicomotricidad, de relacionarse también con las personas… Es un amplio abanico de beneficios.
En Raíces, utilizaban esa metáfora de la naturaleza, de una misma raíz con diferentes ramas, para reflexionar sobre la esencia del ser humano, sobre su diversidad y sobre lo visible y lo invisible. Ahora llega Lunja: ¿qué nos puede adelantar de su historia?
Pues Lunja, para hacer una pequeña introducción, es como una metáfora, se juega todo el rato con metáforas de luces y sombras. Y al final es para lo mismo: hacer reflexionar sobre la percepción que tenemos de nosotros mismos y también de cómo nos relacionamos con el mundo. A través de las luces y de las sombras se juega con esa metáfora de cómo nos vemos a nosotros mismos, lo que vemos en el otro y cómo nos relacionamos con el mundo.
Cuando en la sinopsis dicen que aborda la “búsqueda de aceptación que nos lleva a proyectar una imagen de nosotros mismos que a menudo difiere de la realidad”, parece que podrían estar hablando de cualquier otro tema de actualidad, como el uso que se da a las Redes Sociales…
Ese es el tema, que al final, a veces creemos que por tener diversidad funcional puedes tener límites, pero es como una etiqueta. Todos nosotros tenemos nuestras cosas, nuestros más y nuestros menos. Y la distorsión un poco de esa realidad. La cuestión es saber aceptarnos y también aceptar al otro. Con las Redes Sociales, hay mucho trabajo que hacer con los adolescentes, y por eso también es muy enriquecedor trabajar con niños y jóvenes.
En el espectáculo unen a profesionales, semiprofesionales y amateurs. ¿Qué retos plantea y qué efecto tiene esa integración en el resultado final?
Es que la integración es simplemente abrirse a conocer a las personas y, una vez que las conoces, fluir. Es simplemente conocer a la persona, ver qué necesita y adaptarnos a cada uno como es. Realmente el trabajo con los chicos es lo que comentaba, es la parte más fácil. La mayoría del equipo, si no todo, habla de lo que te llena trabajar con los chicos y de lo puro que es. Por ejemplo los técnicos, que están acostumbrados a trabajar con miles de profesionales, dicen que trabajando con Diversos ven una parte más pura. A veces se nos olvida la parte pura del trabajo, en este caso de los espectáculos, y eso nos lo aporta estar compartiendo y relacionándonos con ellos.
¿Cree que alguna de estas personas se puede llegar a dedicar a esto profesionalmente?
Pues sí, sabemos que hay compañías fuera de la isla y en Madrid que se dedican a esto, y chicos con diversidad funcional que son profesionales de la danza. Y nosotros realmente lo que hemos construido es una compañía de danza contemporánea inclusiva. O sea que sí, siempre con trabajo y con formación, se puede hacer. Ellos ahora mismo son amateurs, pero ya están en un escenario de forma profesional. También hay festivales que se mueven en las Islas Canarias que están incluyendo compañías con diversidad funcional, y esto es un cambio que se está viendo. El problema es que no todos los teatros están preparados. Por ejemplo nosotros tenemos una persona con silla de ruedas y hacemos virguerías muchas veces para trabajar detrás en el escenario, para subir y bajar, y estaría muy bien que esto pudiera estar presente para un futuro. Nuestro proyecto fue seleccionado en un festival de Tenerife, fuimos el único de las islas no capitalinas, y pudimos exponer todos proyectos sociales y cómo lo vivíamos, y esta fue una de las cosas que hablábamos: el ser conscientes de que hay artistas con diversidad funcional. Pero es algo que esperamos que vaya cambiando.
¿Qué impacto esperas que tenga La danza de Lunja y sus sombras en el público? ¿Qué mensaje quieres que se lleven al finalizar el espectáculo?
Realmente espero que la gente vaya abierta: abierta a ver cosas nuevas y a abrirse a las emociones. El propio espectáculo les puede ayudar y llevar a cada uno por donde le lleven sus emociones. Cuando salgan de allí, espero que les haya llegado o tocado a todos o a la mayoría y que puedan darse cuenta de que todos somos capaces y todos somos visibles y que todos podemos tener esta inclusión, integración y al final normalizar. Eso es lo que espero, y estamos también abiertos a ver lo que sucede.
¿Y se plantean nuevos retos para Diversos?
Ahora mismo estamos en el primer desafío más potente, que es mover a tanta gente. Intentamos mantener todo el tiempo la esencia del proyecto, que es importante. Entonces vamos con pies de plomo, pero estamos abiertos a poder cruzar el Charco. Hasta ahí podemos comentar.