Ariadne Valery y Gabriela Pardo ganan el certamen de poesía, incluido en el festival celebrado la pasada semana en el municipio.
Ariadne Valery, con su poema “En mi carreta”, y Gabriela Pardo, con el poema “Llegan ahora los recuerdos”, son las ganadoras de las categorías de adultos y jóvenes del certamen de poesía Equinoccio, impulsado por el Ayuntamiento de Tías y celebrado la pasada semana dentro del festival de poesía que lleva el mismo nombre.
El festival Equinoccio, respaldado por el Ayuntamiento de Tías a través de la concejalía de Cultura que gestiona Pepa González, ha sido organizado por María Lara y Baltasar de León con el objetivo de conmemorar y difundir este vehículo de comunicación y expresión artística. Además del concurso, se impartieron talleres, charlas y espectáculo de danza y poesía.
Los premios del certamen fueron entregados el pasado domingo en el Teatro Municipal de Tías con un acto de presentación de un taller poético. Durante la entrega de premios se otorgaron menciones especiales en la categoría de adultos a María Isabel Montero, con el poema “A un solo segundo” y a Teresa Rasmussen, con “Siempre niña”; y en la categoría de jóvenes a Yonay Alonso, con su poema “Anoche mientras dormía” y a Dana Núñez, con “No duró nuestro amor, pero sí el dolor”.
«En mi carreta». Hoy es el último día que tus flores duermen sobre mi mesa. Dejo tu camino empedrado en una carreta de sueños, porque se diluyó mi inocencia cuando me amabas a golpes. Me quitaste la risa con reveses de miedo. Pensándome nula, desaparecí para mí, porque tu culpa se hacía la mía cuando llorabas tu ira. Me robaste la voz a fuerza de gritos Sintiéndome ruin, disparé contra mí, porque tu culpa se hacía la mía, cuando dolían tus manos. Yo te amé, animal herido, nombrándome verdugo de tu corazón. Hoy es el último día que tus flores me vendan los ojos, porque ahora sé las heridas que tengo que lamer. Y no me culpo más porque hoy sé que yo te amé. Y no hay vuelta atrás, porque hoy sé que no te abandono… Voy a ver si me encuentro. Llegan ahora los recuerdos Llegan ahora los recuerdos del verano anterior como dulce primavera de jazmín y paños mojados. Soy demasiado cobarde para compartir mis secretos y demasiado inteligente para obviarlos; así que, convivo con ellos Las personas se me cruzan torpemente y los ciegos de amor por almas ajenas me invitan a rondas de tequila en el bar que hace esquina con la tristeza. Busco la inocencia en tu mirada, como busco el verso perfecto que descubra mis arterias más profundas. No necesito gente porque tengo mi interior y me convenzo de que las cosas van mejor aun sabiendo que hace tiempo que no descubro a mi mente pensando algo bonito. Todos se quejan porque quieren más, aun teniéndolo todo; no entienden que el escritor es aquel que siente y transmite No hay pausa ni excepción, solo un vuelo que se pierde. Llamaron ayer preguntando por razones pero como a nosotros ya no nos quedan aseguré que se habían equivocado, (creo que dejaron un mensaje de voz), y creo ver gente enamorarse y yo dudo que eso sea amor. Queman las palabras con promesas que son incapaces de cumplir. Odio a la gente que cree tener razón. Mucho más si la tiene. El deseo muere en brazos de la guerra y los jóvenes ignoran la belleza del momento, ¡el deseo está muriendo! No pidas perdón ni permiso el silencio se comió lo que quedaba de otoño y el frio llego de pronto. El amor supera el rechazo, pero nunca la falta de verdad. Porque la historia se debe vivir, morder, soñar. Tu marcha dejo deseos salados que almaceno etiquetando «prohibido consumir antes de cenar» Admitámoslo, todo era mas bonito cuando nos queríamos, al menos, era más real.
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