La Escuela de Servicios Sanitarios y Sociales de Canarias (ESSSCAN), adscrita a la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, y la Dirección General de Salud Pública han organizado y puesto en marcha diversas acciones formativas dirigidas a los profesionales de los servicios y equipos de la Red de Atención a las Adicciones, profesionales del área de Atención Primaria y de las Unidades de Salud Mental Infanto-Juveniles, entre otros departamentos.
Estos cursos se enmarcan dentro del III Plan Canario de Adicciones y se desarrollan siguiendo la Estrategia Nacional de Adicciones 2017-2024, que establece entre sus objetivos estratégicos mejorar y asegurar la formación de los profesionales que trabajan en este campo.
Las actuaciones en formación están destinadas a incrementar la calidad de todas las intervenciones contempladas en el plan (prevención y sensibilización, tratamiento e integración social), mediante la mejora de las competencias profesionales de quienes desarrollan su trabajo en los servicios sociales, educativos y sanitarios.
Así, la ESSSCAN imparte diversas actividades formativas entre las que destacan el curso sobre el Protocolo de actuación y coordinación en la Red de Atención a las Adicciones de la Comunidad Autónoma de Canarias en casos de violencia de género, la Intervención con mujeres en prevención, tratamiento y reducción de daños. Cuestiones a analizar y el Abordaje práctico del fenómeno del Chemsex.
Estas acciones formativas puestas ya en marcha han tenido un gran éxito de participación, completándose todas las plazas ofertadas, dando lugar a 123 profesionales formados o formándose en la actualidad en estas materias.
La importancia de la formación
La formación constituye un área de apoyo para dar respuesta al resto de objetivos estratégicos del Plan como, por ejemplo, promover una conciencia social responsable sobre los problemas, los daños y los costes personales y sociales relacionados con el uso de drogas y sobre la posibilidad real de evitarlos; prevenir el uso de cualquier tipo de droga desde actuaciones globales de promoción de la salud y evitar o retrasar la edad de inicio del contacto con ellas; reducir y disminuir al máximo el uso de cualquier tipo de droga; garantizar una asistencia de calidad, coordinada, integrada y normalizada en los sistemas públicos de salud, y ofrecer una respuesta asistencial a las necesidades de todas aquellas personas directa o indirectamente afectadas por consumo de drogas, garantizando la situación de equidad respecto a otras enfermedades.
Estos objetivos, tienen su justificación por el impacto, que el uso de drogas tiene sobre la salud de las personas. Por ello, actuar mediante una combinación de medidas que reduzcan la accesibilidad a las sustancias psicoactivas, disminuyan el consumo y el daño asociado al mismo, es el planteamiento más apoyado por la evidencia científica para alcanzar una reducción significativa del impacto sanitario y social de este fenómeno.
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