- El número de menores de 18 años que han perdido el cuidado de sus padres en Canarias asciende a 1.855, si bien se ha reducido un 4,5% en un año.
- En toda España el número de niños y niñas tutelados ya supera los 50.000.
- Aldeas Infantiles SOS reclama una mayor inversión en las políticas de prevención con el fin de apoyar y fortalecer a las familias vulnerables y evitar así su separación.
El número de niños, niñas y adolescentes que crecen en el sistema de protección en Canarias asciende a 1.855, habiéndose producido un descenso del 4,5% en un año. El 54% de estos niños y niñas que han sido privados del cuidado parental y cuya tutela ostenta el Gobierno de Canarias vive en acogimiento familiar y el resto en centros residenciales. Así se desprende del último Boletín de Datos Estadísticos de Medidas de Protección a la Infancia, publicado por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030. En toda España hay 50.272 menores tutelados.
Por tipo de acogimiento, la modalidad residencial se ha reducido un 3% en el último año, pasando de 885 en 2018 a 856 en 2019. También ha descendido (un 5%) el número de acogimientos familiares, de 1.056 en 2018 a 999 en 2019.
Ambas medidas de protección se encuentran, por tanto, bastante equilibradas, siendo el acogimiento familiar algo superior (54%). No obstante, un 46% de estos menores aún viven en centros residenciales, lo que contrasta con lo estipulado en la Ley del Menor, que señala que, ante la retirada de la tutela de un niño de sus padres, la primera medida de cuidado alternativo recomendada es el acogimiento familiar y, si es posible, en familia extensa, es decir, en aquellas familias que tienen un vínculo de parentesco con el niño.
Una mirada más detallada al acogimiento residencial en Canarias nos muestra una mayoría de niños (60%) sobre niñas (40%). En cuanto a su origen y edad, solo un 2% son de nacionalidad extranjera y un 76% tienen entre 11 y 17 años.
En lo que al acogimiento familiar se refiere, también encontramos una mayoría de niños (59%) frente a niñas (41%) y el 99% tienen nacionalidad española. El desglose por grupos de edad arroja una mayoría de niños y niñas de entre 7 y 17 años (77%).
Apuesta por la prevención
Ante el aumento del número de niños y niñas en el sistema de protección, Aldeas Infantiles SOS reclama una mayor inversión en las políticas de prevención con el fin de apoyar y fortalecer a las familias vulnerables y evitar así la separación de padres e hijos; y recuerda que 300.000 niños, 1 de cada 25, están en riesgo de perder el cuidado de sus padres en nuestro país.
“En necesario adoptar medidas que nos permitan llegar a tiempo y evitar que las situaciones de riesgo deriven en desamparo; un mayor esfuerzo preventivo redundaría en el descenso del número de niños y niñas bajo la tutela de las Administraciones Públicas, supondría una reducción del gasto público y evitaría a los niños el trauma de la separación familiar”, explica Javier Perdomo, director territorial de Aldeas Infantiles SOS en Canarias.
En Canarias, la organización ofrece un entorno familiar protector a 274 niños y niñas que han perdido el cuidado de sus padres gracias a sus programas de protección. Cuenta para ello con dos Aldeas Infantiles SOS, en Tenerife y Las Palmas, y dos programas de Apoyo al Acogimiento en Familia Extensa y Ajena.
Apoyo a los jóvenes
Javier Perdomo recuerda, además, que la mayoría de edad supone el cese de la medida protectora y hace que los jóvenes tutelados tengan que enfrentarse a un proceso de transición a la vida adulta mucho más abrupto que el del resto de sus iguales, situándolos en una clara desventaja. Según el Boletín de Datos Estadísticos de Medidas de Protección a la Infancia, en 2019, 185 jóvenes que crecían con una medida de protección en Canarias cumplieron la mayoría de edad y tuvieron que hacer frente a la salida del sistema.
En este sentido, Aldeas reclama que la obligación del Estado de proteger a quienes han estado bajo su tutela se extienda más allá de la mayoría de edad y pide una transformación del sistema de protección a la infancia que asuma la transición a la vida independiente como una fase más y prorrogue los apoyos necesarios para la plena integración de los jóvenes en la sociedad.
La organización de atención directa a la infancia se apoya en su experiencia: comienza a preparar a los jóvenes mucho antes de que cumplan los 18 años y, tras la mayoría de edad, sigue acompañándolos hasta su plena integración social y laboral. Gracias a este apoyo, los chicos y chicas de los programas de Aldeas se independizan de media a los 27 años y lo hacen con mayores tasas de éxito que quienes se ven abocados a abandonar el sistema sin contar con los apoyos necesarios.
En 2019, Aldeas atendió en los distintos proyectos de su Programa de Jóvenes en Canarias a 157 chicos y chicas en proceso de integración sociolaboral tras cumplir la mayoría de edad.
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