Infinitos mundos por descubrir
«Un pueblo que no ayuda y no fomenta su teatro, si no está muerto, está moribundo». Lo dijo hace casi un siglo Federico García Lorca, que ya entonces hablaba de la “crisis del teatro”. En su caso, advertía del peligro de que se banalizara y perdiera su esencia y su razón de ser. Hoy, a eso se suma otro riesgo que entonces no podía ni vislumbrarse: la Cultura con mayúsculas debe abrirse espacio en un mundo cada vez más digital y acelerado.
Lo advierten los expertos: la sobreestimulación a la que estamos sometidos con las pantallas, en la era de la virtualidad y las redes sociales, afecta al desarrollo cognitivo y a la función cerebral, reduce la capacidad de atención y concentración e incluso puede derivar en problemas de salud mental. Y sobre todo, nos insensibiliza. Hace que necesitemos cada vez más estímulos externos artificiales para mantenernos entretenidos. Que cada vez dejemos menos espacio para que vuelen nuestra mente, nuestras emociones y nuestra imaginación, que es precisamente lo que consigue el arte.
Lanzarote no está libre de esta realidad. Hay un mundo cultural que resiste, tanto en el lado de los creadores como en el del público, pero es minoría. Buena parte de la población vive ajena a las opciones culturales que, mejorables o no, se ofrecen casi todas las semanas en la isla.
Tampoco se trata de engañarnos. En realidad, esto ha ocurrido siempre. Sin embargo, ahora hay una diferencia: la falta de relevo generacional. En el reportaje de este número en el que analizamos la situación del Teatro El Salinero, el consejero de Cultura del Cabildo confiesa que está costando mucho “enganchar” a los menores de 35 años para que entren en el “circuito cultural”, y apunta las estrategias que van a poner en marcha para tratar de revertir esta tendencia.
Vivimos en la era de la productividad, y lo que no consideramos productivo, parece que no merece nuestro esfuerzo. Y acudir a una obra de teatro o a una exposición, aunque puede ser sumamente placentero, requiere un esfuerzo. Es más fácil pasar horas hipnotizados ante una pantalla, viendo cómo un algoritmo elige por nosotros el siguiente vídeo que veremos a continuación.
Cuando no existían Tik Tok, Youtube o Instagram -ni siquiera las pantallas-, Lorca ya hablaba de “ese hábito, esa horrible cosa que se llama matar el tiempo”. Casi nadie está libre hoy en día de haber derrochado unas cuantas horas de su vida en ese bucle de vídeos virales, pero muy pocos podrán decir que han terminado dejando el móvil satisfechos, sintiéndose mejor. Sin embargo, cualquiera que haya disfrutado de una obra de teatro, sí conoce esa mágica sensación que te acompaña durante la función, y que sigue contigo mucho después de abandonar el patio de butacas.
Otro dramaturgo y escritor franco-rumano, Eugene Ionesco (1909-1994), lo dijo con brillantez: “Si es absolutamente necesario que el arte o el teatro sirvan para algo, será para enseñar a la gente que hay actividades que no sirven para nada y que es indispensable que las haya”.
Pónganse cómodos y hojeen con atención estas páginas, porque en ellas se da cuenta de todas esas cosas “indispensables” que están a su alcance en Lanzarote. Teatro, música, danza, humor, pintura, fotografía… Decidan cuál es la suya. O atrévanse a descubrir una afición que quizá aún no conocían. Pueden marcar las páginas, subrayarlas, colorearlas… Como prefieran, pero hagan su agenda. ¡Y disfruten intensamente de este mes de marzo!
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